Capítulo 12

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Narra Mónica.

Axel en multimedia.

Le agradezco tanto al señor jack por haberme dado una semana libre. La estoy pasando super genial con Anabel y con Chris.
Estar con ellos es lo mejor. No puedo decear nada más para estar feliz.

—¡Chris por favor deja de jugar con ese balón dentro de la casa! —grito por décima vez después de que el balón haya tirado otro de los adornos de la mesita de la sala.

Anabel recibió una llamada de uno de sus trabajos, tuvo que irse y me tocó quedarme con Chris.

Mi sobrino es un niño tierno y encantador, pero puede dejar de serlo cuando se pone tan inquieto como lo está ahora.

—¡Chris no te lo vuelvo a repetir otra vez! Sal con ese balón —suelto el trapeador y le pongo mi cara de furiosa aunque con él funciona pocas veces porque me es imposible enojarme con él.

—Está bien tía. Ya salgo —toma el balón y camina hacia la puerta.

—Espera, —digo y se detiene —Nada de salir del patio y no te alejes mucho por favor —beso su frente —Adiós.

Levanto los adornos y los acomodo otra vez sobre la mesita, luego continuo con la limpieza que hacia.
Apenas llevo quince minutos en esto cuando escucho la puerta abrirse.

Veo a Chris que entra corriendo rápidamente a la casa.

—¿Chris que pasa? —le grito, pero no se detiene. Desaparece por el pasillo hacia la habitación.

Me doy la vuelta para ir tras él, pero entonces escucho sonar el timbre de la puerta y prefiero ir a abrir, luego buscaría a Chris.

No puedo evitar sorprenderme cuando veo a la persona que esta parada frente a la puerta de mi casa.
Es un chico guapo. Muy guapo.
Su cabello es rubio y sus ojos... Wao, daría lo que fuera por tener unos ojos así de azules.

Continuo comiendomelo con la mirada. Aveces me odio por ser tan pésima discimulando.

—Hola —saluda con una sonrisa. Cuando hace esto mi corazón está a punto de sufrir un infarto.

Este chico es muy guapo y su sonrisa demasiado hermosa. Imagino la reacción de las chicas cuando lo ven. Creo que la misma que estoy teniendo en este momento.

—Eh... Hola —consigo decir.

—Creo que esto le pertenece al pequeño que acaba de entrar aquí —levanta la mano y veo el balón de Chris.

¿Por qué este chico trae el balón de Chris, que habrá hecho este traviesito ahora?

—Sí, es suyo. ¿Pasa algo?

—Este balón primero aterrizó sobre mi cabeza, luego destrozó una de mis macetas.

¿Qué? Pero si le pedí que no saliera del patio ¿Cómo consiguió destrozar la maceta de este chico? Este niño me va a escuchar.

—¡Chris! —grito fuerte —¡Ven aquí en este momento y no hagas que yo vaya por ti!

Me vuelvo hacia el chico otra vez —Lo siento tanto. Ya sabe como son los niños, pero no se preocupe, le pagaré su maceta.

—Oye, no estoy molesto —vuelve a sonreír —No hace falta que pague la maceta. No estoy aquí por eso, solo vine para regresar el balón.

—Gracias —tomo el balón de sus manos.

—¿El niño es su hijo?

—No, es mi sobrino.

—Aquí estoy —me doy la vuelta para ver a Chris acercarse con su carita de angelito. Esa es la cara que pone siempre que hace algo malo para conseguir que lo perdonen.

Tú, eres mi perdición #PGP2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora