Capítulo 25

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Mónica.

—¡Anabel, ya date prisa! —grito desesperada mientras termino de prepararle su lonchera a Chris.

A él se le hace tarde para llegar al colegio y a mi para llegar al trabajo, todo por Anabel haber desprogramado la alarma.

—¡Anabel! —vuelvo a gritar.

—¡Ya Mónica, solo dame un segundo! —sale de la habitación recogiendose el cabello. —Aquí estoy.

—Apresurate y lleva a Chris al colegio, que ya tengo que irme.

—Aún no termino de arreglarme. Escogí los zapatos equivocados, no combinan con mi ropa. —se mira los pies.

—No hay tiempo para combinar nada Anabel o el niño llegará tarde al colegio —corro a la habitación de mi sobrino. —Chris, ¿Ya terminaste?

—Sí tia —termina de abrocharse el último botón de su camisa.

—Aquí está tu lonchera, toma tus cosas y ve con mamá para que te lleve al colegio.

—Si. —él se coloca su mochila detrás de la espalda y toma la lonchera —Adiós tía -me da un beso.

-Adiós amor. Cuidate, Hasta pronto -le regreso el beso —Ya vete, corre.

Me lanza otro beso y se marcha.

—¡Adiós hermosa! —me grita Anabel.

—¡Adiós Ana. Los veré pronto, cuidense mucho!

Miro la pantalla de mi nuevo celular y solo me quedan 20 minutos para llegar al trabajo, en 20 minutos nunca podré hacerlo. Voy a mi habitación, tomo mi bolso y salgo deprisa de la casa.

Cierro la puerta con llave y comienzo a caminar lo más rápido que puedo para poder encontrar un taxi que si quiera llevarme.
No se que le habré hecho a los taxistas, pero nunca quieren detenerse cuando les hago la señal.
Creo que les caigo mal.

Un auto se atraviesa en mi camino y se detiene, impidiendome seguir caminando.

Este dia no podia estar peor. -pienso.

Una de las ventanillas baja y consigo ver a la persona que va en el auto.
Es mi vecino Axel.

-Hola Mónica -me saluda con su linda sonrisa.

-Hola Axel.

-Te noto muy apresurada, ¿Vas a algún lugar?

-Em, si. Voy de camino al trabajo y disculpame, pero no puedo detenerme. Estoy super retrasada.

-¿Por qué no dejas que te lleve? Puedo hacerlo.

-No te molestes, tomaré un taxi.

-No es molestia. Ven sube, deja que te lleve para que no llegues tarde.

-Está bien -acepto subir al auto y dejo que me lleve porque no tengo opciones. Sino tomo el aventón, puede ser que no tome un taxi a tiempo y llegue tarde al trabajo.
Le doy la dirección del lugar y él empieza a conducir.

-No sabía que trabajabas -dice él -Ya comprendo porque razón no te veía a menudo.

-Si. Es que paso poco tiempo en casa. Trabajo casi siempre.

-¿No estás muy chica para trabajar? Y disculpa el atrevimiento.

Todos dicen lo mismo siempre que se enteran de que trabajo. No estoy chica, tengo 18 años y yo no creo que haya una edad apta para trabajar, siempre y cuando nos sintamos capaz de hacerlo y también creo que es bueno conseguir algo propio sin tener que esperar de nadie.

Tú, eres mi perdición #PGP2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora