Tú, eres mi perdición #PGP2018

Capítulo 19

Lucas.

No hay nada más rico y excitante que estar masturbandote y darte cuenta de que tienes espectadores. Eso te pone jodidamente a mil.

La muy tonta piensa que no la vi mientras me observaba desde la puerta de mi habitación, pero no me molesta que las chicas me vean haciendo estas cosas. No soy pudoroso, al contrario.

Lástima que se fue y no se quedó para ver como me corría. Estoy seguro de que eso le habría encantado.

Limpio mi pequeño desastre en las sábanas con una toalla humeda, luego voy al baño, tomo una ducha y regreso a dormir.

Día siguiente.

Hoy desde la mañana se la ha pasado todo el día de un lado para otro de la casa como si estuviera huyendo de alguien.

Cuando me ve se pone nerviosa y evita mirarme a la cara si le hablo. Es tan mala disimulando.

Nos ha venido a servir la cena a papá y a mi y cuando se acerca para poner mi plato sobre la mesa, alzo la vista a su rostro y casi deja caer el plato.

—Disculpa —dice y deja el plato con cuidado sobre la mesa.

—No pasa nada —habla papá —Gracias Mónica.

—De nada señor. Con su permiso —se retira.

—¿Qué le pasa a Mónica? —pregunta.

Tomo un trozo de carne con el tenedor y lo llevo a mi boca —Yo que se —contesto.

—Desde que llegué ha estado actuando de una forma muy extraña. Parece asustada. ¿Le has hecho algo?

—Claro. Yo tuve que haberle hecho algo —vuelvo a tomar otro trozo de carne —¿Qué no puedo alguna vez no hacer nada?

—No dije que tú le hiciste algo Lucas. Sólo te hice una pregunta.

—No papá. No le hice nada, no tengo idea de porque está actuando así y no me interesa. Ah, y por cierto, está mañana estuvo a punto de derramar un café sobre mi cuando me servía el desayuno.

—¡Mónica! —llama él y ella aparece al instante.

—¿Sí? Diga señor.

—¿Qué estabas haciendo?

—Limpiaba la cocina.

—¿Qué tal si dejas eso y mejor vas a descansar?

¿Que? ¿En serio? ¿Para eso la llamó?

—Gracias señor.

—Buenas noches Mónica.

—Buenas noches —se marcha.

—Vaya, tú siempre tan gentil papá —digo irónico.

—Talvez le están pasando estas cosas porque no descansa bien. Trabaja todo el día. Siempre le digo que no tiene que irse a dormir tan tarde, pero se queda hasta limpiarlo todo.

—Ese es su trabajo. Para eso se le está pagando ¿No?

—Lucas...

—Buenas noches papá —lo interrumpo. No estoy para escuchar uno de sus largos sermones —Yo también iré a descansar.

—Buenas noches Lucas.

Me levanto y subo a mi habitación,  después me visto con un pantalón de pijama y voy a la cama.

Estoy a punto de quedarme dormido cuando mis ojos van a la puerta y recuerdo a la chacha allí de pie mirándome, entonces comienzo a imaginar.

El sólo pensar en ese perfecto culo que tiene hace que se me ponga dura y se me ocurren millones de cosas que quiero hacerle. Como darle la mejor follada de toda su vida.
Estoy seguro de que nisiquiera papá se lo ha hecho tan bien y yo le estaría haciendo un gran favor.