Capítulo 61.

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Lucas.

—Necesito un trabajo

Si hace tres meses atrás me hubiesen dicho que algún día estaría pronunciando esas palabras, juro que me hubiera echado a reír en la cara de la persona que lo dijera.

Nunca en toda mi vida me imaginé necesitando un trabajo y mucho menos contandoselo a ella. Mi amiga, por así decirle.

—Esa es una muy buena idea —sabía que me contestaría algo como eso.

Hace casi tres semanas desde que le pedí que fuéramos amigos y realmente estoy intentando hacer que esto funcione. No quiero volver a ser el mismo idiota de antes con ella y este no es un buen momento de mi vida cómo para intentarlo de nuevo.

Ayer se me ocurrió la para nada brillante idea de trabajar. Me he quedado corto de dinero y tengo una renta que pagar, ya no quiero tomarle más dinero prestado a Edward sino voy a tener con que pagarle. Pensé que necesitaba escuchar la opinión de alguien con respecto a eso. Sólo tenía dos opciones: Edward y ella.

Ya sabía que si le decía esto a Edward. terminaría preguntando si me volví loco y yo también lo creo, pero de verdad necesitaba un  buen consejo, así que opté por llamarla a ella.

—¿Y, sabes hacer algo?

Suelto una pequeña risita.

—¿En serio me acabas de preguntar eso?

—Perdón, no quise decir eso —tartamudea un poco —Quiero decir, si tienes alguna habilidad para hacer algo.

Uff... Tengo una magnífica habilidad con mis dedos, pero esa ya tú lo sabes, y no te imaginas cuanto me ha gustado usarla entre tus piernas esas dos veces. Fue tan...

¡Mierda! No me está gustando el rumbo que empiezan a tomar mis pensamientos en este momento. Tampoco creo que me interese conseguir un trabajo de ese tipo.

—Lucas —su llamado me trae devuelta.

—¿Qué? No, no hay ninguna habilidad en especial aunque —pienso unos segundos —Se me da muy bien el cálculo y todo lo que tenga que ver con números, pero eso no cuenta.

—Claro que cuenta. Es una buena habilidad. Yo la desearía —esto último lo susurra muy bajo como para que no lo escuche —Supongo que fuiste a la universidad.

No es algo de lo que quiera hablar, pero igual asiento a su pregunta —Lo hice, pero nunca terminé la carrera.

Fui durante tres años a la universidad y estudié leyes. Nunca fue mi idea, tampoco mi deseo sino de papá. Él siempre soñó con que su hijo fuese un reconocido abogado, sin embargo mi sueño siempre fue estudiar contabilidad, finanzas o algo por el estilo, pero no podía cuestionar las desiciones de papá cuando era quien pagaba mis estudios y todas mis cosas.

Llegó el día en el que me di cuenta de que estaba perdiendo mi tiempo estudiando algo que no me gustaba y decidí hacer de las mías para conseguir que me expulsen de la universidad hasta que lo logré. Papá estuvo muy enojado conmigo por un tiempo, pero cuando le comenté la causa nunca volvió a tocar el tema, sólo que me dejó muy claro que si quería otra carrera debía pagarla yo.

Es irónico que desee que yo estudie leyes cuando toda la vida me he dedicado a romperlas e incumplirlas.

—Yo...

—Está bien —siento una de sus manos sobre la mía que se encuentra sobre mi rodilla. ¿Cuándo llegó acercarse tanto a mí? —No tienes que hablar de eso si no quieres —su mano no se aparta —En cuanto al trabajo, voy a ayudarte. Quizás consigamos un trabajo donde puedas usar tu habilidad.

Tú, eres mi perdición #PGP2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora