CAPÍTULO 15 PARTE 2

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Desperté y aún era de noche, yo estaba en mi cama, tenía el pijama puesto, me levanté para asomarme a la ventana donde estaba mi balcón y observé que la carpa estaba vacía y oscura, miré el reloj de mi tocador y daban las 3:15 a.m. salí hacía el pasillo, Dylan no estaba, caminé y me di cuenta de que lo que me había despertado eran los gritos que mi papá y mi tía soltaban desde la habitación de él, estaban discutiendo, me acerqué a la puerta para escuchar.

—¿Cuándo pensabas decírmelo, Sara? —mi papá estaba furioso.

—No entiendes que yo no podía decirle a nadie para protección de él y de nuestra familia, fue por mi trabajo.

—Al menos podías habérmelo dicho en secreto y yo no hubiera puesto mi cara de idiota en la fiesta.

—¿No puedes ponerte feliz por mí?, soy tu hermana y quieras o no, Nial y yo nos casaremos, él te agrada.

—Me agrada, estoy de acuerdo, pero me molesta que me oculten las cosas, lo sabes, Sara y no puedo estar feliz contigo por ahora ¿qué pasará por tu trabajo?

—El señor Müller dijo que no había problema y que podía trabajar de manera independiente, ya sabes como detective o asesora legal, tengo un buen currículo, Mariano, buscaré algo más tranquilo y que no dependa de tanta seguridad.

—De acuerdo, en cuanto te cases, Suzy y yo volveremos a casa, así tendrán la casa para ustedes.

—Yo no quiero que se vayan.

—No te estoy preguntando, nos mudamos aquí para que nos apoyáramos, para recuperarnos de la muerte de Melanie, eso ya pasó, nunca la olvidaremos y es hora de que hagas tu vida aquí, mi hija y yo volveremos a nuestra casa.

—Mariano, Suzy está feliz aquí, piensa por tu hija, me encanta tenerla aquí, la amo y no quiero que te la lleves.

—Yo no quiero vivir de metidos aquí, tienes que crecer, formar una familia, ser feliz al lado de Nial sin que te estorbemos.

—Pero, no...

Alguien toco mi hombro.

—¿No sabes que es de mala educación escuchar las conversaciones ajenas? —Dylan estaba con una bata de noche—, solo me separo unos minutos de la puerta y sales como rayo, vamos es tarde —tomó mi mano y me jaló a la recámara—, deja que arreglen sus diferencias, son adultos.

—De acuerdo —solté, Dylan me llevó a la recámara y me arropó.

—Estaré en la puerta por si necesitas algo ¿está bien?

—¿Nunca duermes? —bostecé.

—Sí, pero tengo horarios para dormir, pequeña, descansa.

—Buenas noches —dije, él salió y cerró la puerta y yo me fui con Morfeo.

Los días pasaron, Marco y yo nos hacíamos más apegados y algunas veces nos deprimíamos y platicábamos que haríamos el uno sin el otro, me preguntó si lo esperaría, yo no quería pensar en eso, así que nunca le respondía, por otro lado, esos días me hicieron valorarlos más, mis amigos dejaron de molestar y los abuelos de Marco iban más seguido a la casa. Después de la fiesta, Nial siguió siendo mi agente por unos días, mi tía y él ya se demostraban cariño y de vez en cuando se daban besos y se abrazaban brevemente, salían por las noches como una feliz pareja, cuando hablaban de la boda querían que estuvieran los abuelitos de Marco y obvio Marco, ellos se iban el 5 de junio a Italia, así que decidieron hacer la boda el 2 de junio, por lo que estuvieron muy ocupados viendo los preparativos, casi no los veía en casa. En el lugar de Nial, llegó Matt Harrison, un ex soldado americano, era alto, delgado, tenía buen porte, ojos cafés y pelo castaño, era muy agradable y simpático, se llevaba muy bien con Dylan.

¿Destino?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora