–Lo siento... –suelta asustada–...no quería interrumpir –evita el contacto visual directo–. Sebastián te está buscando, Su –Dani con un abrigo muy grueso cruza los brazos nerviosa.
–Gracias, Dani, era de sospecharse –miro a Marco y él asiente.
–Piensa en lo que te dije –me dice.
Asiento y corro hacia la dirección de la fiesta, dejando atrás a Marco y a Dani, solo veo las luces, antes de llegar a la carpa veo una linterna por el jardín, limpio mis lágrimas y empiezo a caminar normal, me acerco cada vez más a la carpa.
–¡Suzanne! –Mey levanta la mano a mi lado derecho.
Camino hacia ella y al llegar veo que no está sola, a su lado viene llegando Sebastián agitado, al verme se lanza contra mí tomándome por los hombros.
–Suzanne, ¿dónde estabas? –su tono no es agresivo, en absoluto, solo está muy preocupado–. Tardaste casi 50 minutos y no fuiste al baño, ¿dónde estabas? –sus ojos me escrutan nerviosos.
–¿Cómo sabes que no fui al baño? –digo extrañada.
–El personal del servicio no te vio entrar.
–Fui a dar un pequeño paseo, las fiestas me abruman, iba a regresar –quiero que me suelte, empieza a lastimarme.
–Y...¿Por qué no pusiste que ibas a dar un paseo? ¿Recuerdas lo que dijo tu padre?, una sola cosa más y te irás.
–Sebastián me estás lastimando –levanto los brazos y lo empujo, haciendo que me suelte–. No pensé tardarme tanto ¿ok?, ¿a dónde me iría?
–Te gusta asustarme, ¿verdad? –su voz se endurece–. Eres una egoísta, solo piensas en ti y yo buscándote como un completo imbécil.
–Sebastián, es mejor que te tranquilices –Mey le dice con cierta firmeza–, deja de hablarle así, solo quería tomar un paseo –me mira–. Debiste habernos avisado.
–Escucha, ¡quiero que sea la última vez que te escapas de esta manera! –se para frente a mi–. Odio que me preocupes de esta manera, también en el hospital lo hiciste y lo hiciste con tu padre, eres libre de hacer lo que quieras, pero avisame o llévate a seguridad, pero no seas tan egoísta y caprichosa –su tono de voz aumenta.
–No me hables así –le digo con firmeza–. Quiero que me respetes, si no te aviso, es porque no quiero y yo me seguiré escapando las veces que quiera con o sin avisarte ¿me has oído?, soy tu novia, no tu propiedad.
–Yo debería ser el enojado, no tú, ¿qué pasaría si te llegara a pasar algo?, mi conciencia no estaría tranquila, ya te paso una vez, no me obligues a contratarte seguridad.
– ¿QUÉ? –le grito–. ¡Estás hablando igual que mi padre!, yo quiero y puedo hacer lo que yo quiera.
–Chicos, esto ya está tomando otro rumbo, Sebastián, Su, está bien y estoy segura que a la próxima nos avisara –Mey lo trata de calmar.
–Deberías gritarle a la persona indicada –Marco sale de la oscuridad del jardín con Dani a su lado.
Mi corazón está a punto de detenerse y al parecer las chicas también, esto no está tomando el rumbo que quería, ¿por qué regreso?, pensé que Dani se lo llevaría.
Sebastián me mata con la mirada, si eso fuera posible y después lo mira directamente a él.
–¿Estás engañándome con él? –me toma del brazo–. No quiero que me mientas –acerca su boca suficiente a mi rostro y me llega un olor alcohólico, ¿¡Ha estado tomando!?, ahora lo entiendo.
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¿Destino?
Romance"Todos nacemos con un lazo rojo, pero únicamente tenemos un extremo, el otro extremo lo tiene la persona a la que estamos destinados y por más lejos o tenso que esté, ese lazo jamás se romperá"...pero, ¿qué pasa cuando llega a ser alterado? ¿Cuá...