CAPÍTULO 25

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 "8 a.m." Es lo que marca el reloj de mi habitación, hoy empiezan las clases, hoy empieza una nueva aventura, hoy empieza la razón por la cual me encuentro aquí, me siento feliz por la platica que tuvimos ayer Sebas, Fer y yo.

Desde entonces no me he atrevido a revisar el perfil de Facebook de Marco, durante meses lo estuve buscando como "Marco Coleman" y jamás lo encontré, ahora en mis manos acaricio el papel de su cuenta, me siento un poco tonta seguir queriendo a alguien que quizá ni me recuerde, me levanto por la laptop y me vuelvo a acostar, la coloco en mis piernas y empiezo a revisar mi cuenta, veo algunas fotos, doy algunos "me gusta" y miro de reojo el papel donde está el usuario de Coleman, tomo el papel y empiezo a teclear "P...M...Co...le...man", presiono "enter" y mi corazón parece detenerse al ver el círculo del monitor "Buscando", segundos después, delante de mí, aparece 1 perfil con el nombre tal y como está escrito en el papel, dirijo el cursor con la mano temblorosa hacia el nombre en negro, doy un simple clic y el perfil se abre, el corazón se me detiene al ver la foto de perfil, la abro y veo un chico de ojos azules, cabello negro perfectamente peinado de lado, delgado, con una barbilla marcada y en un elegante traje, es Marco, un chico de 22 años, riendo de manera tan natural, se ve que es feliz, mis lágrimas quieren salir y se los permito, pero mi llanto incrementa cuando veo a quien le acompaña en dicha fotografía, una chica rubia, delgada, vestida de novia, rodeándole el cuello con ambos brazos y riendo, checo el pie de foto y me doy por vencida al leer "Viva los novios", en los comentarios hay felicitaciones, respiro, cierro la ventana y apago la computadora, la dejo a un lado y me siento completamente una tonta, Marco se ha casado y yo aquí llorando por él, esa "promesa", ni siquiera le importo, soy una tonta al pensar que una simple promesa de niños podría ser algo verdadero, ¡en qué estaba pensando!, como creí que me esperaría por 10 años o más, pero él no tiene la culpa, la culpa la tengo yo, por haber sido tan ingenua, me acuesto y por un momento mi razón me grita "te lo dije" y eso me duele aún más, me quedo en la cama un rato, realmente no me siento con ánimos de levantarme, son las 8:25a.m. y mis amigas entraran en cualquier momento para saber cuál es la razón por la cual no estoy en la sala con mi ropa deportiva para irnos a correr como todas las mañanas, no puedo permitir que me vean así, llorando como una tonta por alguien que ni siquiera se acuerda de mí, me levanto decidida a que serán las últimas lágrimas derramadas para Marco, me pongo un pantalón deportivo color negro, con una playera negra, tomo mis tenis y me hago una coleta alta, limpio las lágrimas de mi cara y noto que mis ojos están rojos, con las palmas de las manos me doy aire, inhalo, exhalo, tomo mi mochila deportiva y meto mi celular, estiro un poco la cama y pongo la laptop en su lugar.

–¡Su! –un grito proveniente de Ingrid–. Despierta dormilona –entra a mi habitación y ve que estoy lista–, pensamos que te habías dormido, así que vine a cerciorarme si era así, pero ya que estás de pie y activa, vámonos, en unas horas viene Sebas por ti para llevarte a la academia, así que debes estar saludable, bañada y desayunada para cuando venga –me sonríe y al verme el rostro se le descompone la sonrisa–. ¿Por qué tienes los ojos tan rojos? ¿Está todo bien? –me dice con cautela.

–Sí, estoy bien, únicamente no dormí bien, me la pase leyendo un buen libro y ya me conoces, no me detengo, hasta que lo acabo –sonrió.

–De acuerdo Señorita –me devuelve la sonrisa–. Vamos –me estira la mano y la tomo, abandonamos mi habitación y nos encontramos con las chicas en la sala.

–Hola, Su –Shanon me abraza–. ¿Está todo bien? –me mira los ojos.

–Se quedo leyendo hasta muy tarde –contesta Ingrid.

–Sí, así es –afirmo y sonrío.

–¿Estás segura? –dice Lu–. Parece como si hubieras llorado.

¿Destino?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora