CAPÍTULO 35

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–Lo siento señorita, no hay boletos para el día de hoy, el vuelo más próximo es mañana a las 7 de la mañana –la señorita del mostrador en el aeropuerto espera mi respuesta.

–¿Se podría cambiar un boleto para mañana al día de hoy? –le muestro el boleto esperanzada.

–Lo siento señorita, tenía que hacer el cambio 24 horas antes del vuelo al que deseaba abordar –checa algo en su computadora–. ¿Quiere que le aparte alguno para mañana a las 7 a.m.? –me mira.

–No, así está bien, esperaré hasta mañana –guardo el boleto en mi bolsa y Marco amable me la retira para que él la cargue, agradezco a la señorita del mostrador y nos damos vuelta hacia el estacionamiento–. ¿Me ayudas a buscar un hotel para pasar la noche hoy? 

–Bueno, hay uno donde estábamos hace un momento, de hecho dormiste hoy en el, tiene agua caliente, televisión, películas y todos los servicios, incluso tiene cocina para que puedas preparar lo que quieras, a la hora que quieras y si te hace falta algo, el botones puede encargarse de eso y ¿sabes que es lo mejor?, que es completamente gratis.

–Marco, yo no quiero darte más problemas.

–Y...yo no quiero que te vayas –baja la mirada–. Hart, puedes quedarte el tiempo que quieras, la casa a veces se siente algo sola, por un día que te quedes, alegras la casa.

–De acuerdo, pero te ayudaré a limpiar y te pagaré lo que consuma, no me gusta que me hagan ese tipo de favores.

–¿Qué? –nos detenemos en pleno camino al auto–. De ninguna manera te dejaré limpiar y por supuesto que no aceptaré que me pagues, Hart, es totalmente gratis y, ¿cuando has visto que los huéspedes en los hoteles limpien la habitación?

–Pero... 

–No Hart, aparte en mi casa estarás más segura, ¿qué pasa si tu padre te está buscando?, no permitiré que te lleven así como así, mejor vayamos a comer ¿te apetece? 

–Pero acabamos de comer –digo sorprendida.

–Bueno –llegamos al auto y mete mi mochila en el maletero–, podríamos ir al cine o ir a tomar un café, podríamos ir a la playa, ¡ya sé!

–¿Qué? 

–Podríamos ir a Santa Mónica, ¿vamos?, pasaríamos la noche allá y por supuesto mañana te traería a tu vuelo.

–Pero es algo muy apresurado ¿no crees? 

–Vamos señorita aventurera, tómalo como una pequeña aventura de un día, nos divertiremos, pero que quede claro que esto no es una cita y no lo hago con intención para que tu novio se enoje, ¿ok? –me abre la puerta del copiloto y espera a que entre, da la vuelta al auto y entra en el asiento del conductor–. ¿Qué dices? ¿Vamos? 

Sonrío y aunque solo llevo un día con Marco, al parecer siento que me conoce muy bien, no puedo negarme a viajar, me encanta.

–¿Volveríamos antes del vuelo? –tengo mis dudas.

–Te devolveré sana y salva con tu novio, lo prometo.

–De acuerdo, tú ganas y no sé por qué te preocupas tanto por Sebas, es mi novio, no mi dueño, regresaré con él mañana –miro mi celular y veo las 4 llamadas perdidas de su parte, ya le contestaré después y le explicaré todo, le envíe un mensaje para que no se preocupe.

–Bueno es que algunos hombres piensan que su novia, es algo más que su novia.

–Soy su novia, pero no le pertenezco, así que ya no te preocupes más por él y vamos.

¿Destino?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora