CAPÍTULO 22

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–¿RENUNCIAR? –grita Marlon.

–Es por lo de la academia, las clases serán cansadas y pues el trabajo era en lo que encontraba o entraba a alguna cosa que me gustara.

–Pero eres la mejor empleada de aquí.

–¡Te estoy escuchando, Marlon! –grita Molly.

–¡Estoy intentando que no se vaya, Molly!

–Será cansado para mí.

–¿Cuándo inicias tus clases en la academia? 

–El lunes 18 a las 11:30 a.m.

–¿Este lunes? –dice sorprendido. 

–Sí –me limito a contestar.

–¿O sea que mañana sería tu último día? –ladea la cabeza.

–Me temo que sí –encojo los hombros avergonzada–. Siento no haberte avisado antes, realmente lo estaba pensando.

–No te preocupes por eso, me da tristeza que te vayas.

–Yo quisiera quedarme pero no podré.

–Está bien, para que hacerlo más difícil, en cuanto te vayas mañana, te daré tu liquidación y el pago de la cafetería te lo iré pagando poco a poco.

–Gracias.

Me da un ligero abrazo y vuelvo al trabajo.

Parece que fue ayer que le dije que sí a Sebas y vi a mi familia, todo ha pasado tan rápido y ya en tan sólo dos días, empezaré mi aventura en el mundo del cine y el teatro musical, ojalá me vaya de maravilla, de verdad lo espero con ansias.

–¿Por qué te tienes que ir? –Molly solloza–. Eres mi única amiga cercana.

–Molly solo dejaré de trabajar aquí, pero no significa que no pueda venir en mis descansos, seguiré aquí en Manhattan a unas calles de aquí pero todo seguirá igual, te divertirás con los chicos –la abrazo.

–Es triste, no quiero que te vayas –moquea–. ¿Y si cuando seas famosa te olvidas de nosotros? 

–Eso no sucederá, Molly.

–Oye, eso es cierto –añade Tony–. Antes de que seas famosa, quiero algo firmado.

–No será necesario Tony vendré a verlos con Sebastián –sonrío.

–Hasta los clientes están tristes porque te vas, son las 4 y solo dos clientes han venido –añade Kevin.

– Sebastián no tardará en llegar y con él son 3 personas en todo el día –añade Molly.

–Chicos no se depriman, estaré con ustedes.

–Eso no es verdad, Su –Marlon entra a la cocina–. Te irás y quizás te olvides que trabajaste aquí. 

–¿Cómo pueden decir eso?, no soy del tipo de persona que se va sin dejar rastro –salgo de la cocina y me voy a la bodega enojada.

Minutos después la campanita suena

–Sebastián, hola –articula Marlon.

–Hola camarada ¿cómo estás? –escucho la voz de Sebastián y no sé por qué me dan ganas de llorar.

–Todo tranquilo Sebas ¿quieres comer? 

–Sí, por favor –escucho el arrastre de las sillas–. ¿Dónde está mi bonita novia? 

No hay respuesta por parte de nadie ¿le dirán que estoy en la bodega llorando?

–Ha sido un día difícil –articula Molly–, no sabíamos que se iría tan pronto.

¿Destino?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora