–Solo presentas un cuadro de cansancio moderado, se podría decir que tu cuerpo sigue en recuperación, ¿Has estado bajo estrés?
El doctor Harrison me ha examinado y ahora solo me hace preguntas, estoy en su consultorio, con una bata de hospital, sentada sobre una cama, como bien lo dijo Marco, habló con Sebastián y él aceptó, así que mis amigas, Marco y Sebastián me presionaron para que estuviera aquí sentada.
–Me imagino que fue lo de la boda de mi amiga, andaba con el estrés por los aires, también conocí a los papás de mi prometido y bueno...–sonrío débilmente.
–Debes darle a tu cuerpo un tiempo para que se recupere, puedes salir, pero no viajes largos, tengo entendido que te casas en unos meses, trata de no ajetrearte tanto, te sugiero que contrates un organizador de bodas, si no sigues mis recomendaciones, tú y tu novio tendrán que aplazar esa boda, ¿de acuerdo?
–Entendido –asiento.
–Pues ya puedes vestirte, ya hicimos los estudios correspondientes y solo salió eso, te dejaré un momento para que puedas cambiarte ¿de acuerdo? –toma unas hojas y sale de la habitación.
Tomo mis cosas, sé exactamente que les dirá todo lo que me acaba de decir, me visto y en cuestión de minutos abro la puerta, Sebastián quien está a un lado de Lu, se levanta en cuanto me ve, Marco está recargado en la pared a un lado de Shanon.
–¿Estás bien?, ¿cómo te sientes? –Sebastián me toma el mentón para que lo mire.
–Estoy bien, no hay nada de que preocuparse, mi cuerpo dice estar cansado.
–Sí, ya nos dijo el doctor –me acaricia la mejilla–. Será mejor que vayamos a casa, compraremos pizza en el camino ¿de acuerdo?
Asiento sin darle mucha importancia, en realidad solo quiero llegar a casa, a mi habitación.
Nos dirigimos a los autos, pero antes Sebastián nos dice que nos adelantemos, tiene que ver las cosas monetarias de mi consulta.
–Su, tenemos que ir a comprar unos postres que Mey necesita para su trabajo –me dice Shanon–. Te vemos en el departamento ¿está bien?
–De acuerdo –sonrío y miro a Marco.
–¿Vienes, Marco? –Mey con las llaves de una camioneta en las manos, lo mira.
–No, gracias, quiero caminar e iré a comprar unas cosas de ámbito personal –le dicta sin mirarme.
–De acuerdo, entonces nos vemos más al rato –Lu, Shanon y Mey nos dan la espalda y se van caminando, dejándome sola con Marco.
Las demás chicas tuvieron algunas cosas que hacer y no pudieron acompañarnos, son casi las 10 de la noche, fueron casi 2 horas de puras pruebas, estoy exhausta.
–Sé que algo te pasa... –dice Marco sin mirarme, un escalofrío pasa por mi espalda, lo miro– ...también sé que no me lo dirás... –nuestras miradas se cruzan– ...pero ya te dije, mientras tú no digas "acepto", aún tengo esperanza –sonríe débilmente– o también puedes decirme que me vaya y lo haré.
–¿Nunca te preguntaste si lo que siento por Sebastián es real?
Sus labios se convierten en una delgada línea y sus ojos me miran de una manera más intensa.
–¿Qué te hace pensar que es real?
Su pregunta me toma desprevenida
–Me ha ofrecido más cosas que tú, me protegió mientras tú no estabas –de alguna manera miento y siento que estoy a punto de llorar, su mirada me destroza.
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¿Destino?
Romance"Todos nacemos con un lazo rojo, pero únicamente tenemos un extremo, el otro extremo lo tiene la persona a la que estamos destinados y por más lejos o tenso que esté, ese lazo jamás se romperá"...pero, ¿qué pasa cuando llega a ser alterado? ¿Cuá...