CAPÍTULO 18

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La alarma suena a las 8 a.m., la apago con mucha pereza y nos levantamos a correr en caravana a Central Park, a las 11 entro a trabajar y las chicas entran en diferentes horarios, Mey prepara el desayuno hoy y mañana Clau, poco a poco me voy acostumbrando a mi nuevo estilo de vida sin guardaespaldas, sin lujos, sin personal a mi servicio y otras cosas que gozaba, ahora soy sólo una adulta joven normal con ganas de comerme el mundo descubriendo muchas cosas.

– Su, ¿otra vez soñando despierta? Termina tu desayuno, llegaras tarde a tu trabajo – exclama Claudia desde el otro extremo de la mesa, sacándome de mis profundos pensamientos

– ¿Qué hora es? – pregunto al aire

– Son las 10:20 a.m. Su – responde Lu, dos sillas después de mi en nuestra mesa de comedor rectangular

– ¡Ay dios mío! ¡Tan tarde! – me levanto como rayo – tengo que tomar el autobús a las 10:30, ¡Dios! Es tarde – levanto mi plato y lo llevo al fregadero – lo lavaré más tarde, iré a lavarme los dientes – digo sin dirigirme a nadie en específico

– Pero te falta el jugo – Ingrid levanta mi vaso

– No tomara el jugo... otra vez – Mey le reprocha con un pedazo de tocino en el tenedor

– ¡YO LO QUIERO! – grita Shanon – los jugos que hace Mey son riquísimos –

– Gracias Shanon – le muestra una agradable sonrisa

Estoy corriendo por todo el departamento, tomo mi bolsa y guardo lo que necesito, mi celular, mi cartera, algunos dulces y como siempre un libro por si hay oportunidad de leer.

– ¿Y las demás? – vuelvo a exclamar al aire mientras guardo mis cosas

– Se fueron hace horas – responde Clau

– Ya me voy, es muy tarde – tomo mi chaqueta de mezclilla y me dirijo a la puerta

– ¡Oye! ¿Llevas dinero para el almuerzo? – grita Mey desde la cocina

– Sí, unos cuantos dólares – exclamo desde la puerta – nos vemos más tarde, chicas –

– Adiós, Su – exclaman en una sola voz

Cierro la puerta, bajo las escaleras y estoy en busca de un taxi que me lleve a "Pucket's coffee", mi trabajo queda a unas 12 calles de donde vivo, caminando sería como media hora y no tengo media hora, en taxi sería la mitad de tiempo, pasan los minutos y ningún taxi se detiene, cruzo la calle y se detiene uno milagrosamente, subo a toda prisa.

– Buenos días, ¿A dónde se dirige? –pregunta el bigotudo chofer

– Buenos días, a "Pucket's coffee", por favor –

El taxista pisa el acelerador y yo me relajo un poco sobre el asiento, veo a las personas pasar a toda velocidad y llegamos en 12 minutos

– Son 13 dólares – exclama el taxista desde el retrovisor, saco mi cartera y le entrego el dinero, bajo y veo a Marlon acomodando el letrero de los almuerzos de hoy

– Hola, guapo – le pico las costillas por detrás y él da un leve respingo

– Hola Suzy, ¿qué tal el tráfico? – me pregunta

– Bien, 12 minutos para ser exacta – sonrío y lo miro

– Excelente, ve adentro, Molly te está esperando con tu taza de café matutina – me sonríe

– De acuerdo – me doy media vuelta y empujo la puerta, lo cual provoca que la campanita situada al borde suene, la poca gente que hay, me mira, algunos me sonríen y a otros les soy indiferente, de inmediato vuelven a lo que estaban, entro a la bodega, me quito mi chaqueta, dejo mi bolso y me pongo el delantal azul con el logo de la cafetería, salgo con Molly, mi compañera de trabajo, alta, delgada, cabello castaño y ojos obscuros.

¿Destino?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora