Llevados por el deseo. (HunHan)

Capítulo 61: Reviviendo la pasión.

Antes quiero pedir disculpas por hacer del personaje de Baek un necesitado, pero ese es su humor. Es un chico pervertido y le gusta poner en vergüenza a Yeol.

Y yo espero no estar incomodando a nadie, si ese es el caso haganlo saber. Gracias.

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Narra Baekhyun.

Seguí el consejo de Luhan. Me mostraba sereno pero por dentro las hormonas parecían un huracan. Chanyeol se dío cuenta de mi cambio, y aunque él se desesperaba porque no me mostraba como antes, él muy mal nacido se aguantaba.

Tenía tanto autocontrol que moría de celos. Yo tambien quería ser tan fuerte.

Luego de unas semanas de ese juego, nos declaré en "cuarentena". Y para sobrevivir compré un juguete que me ayudaría. Claro que él no estaba enterado. Lo usaba cuando se iba a trabajar.

Muy astuto de mi parte, hasta ahora.

-¡BAEKHYUN!.- gritó Chanyeol desde el segundo piso. Subí corriendo para llegar a donde estaba. Mi cuarto de ejercicios.

-¿Si?.- pregunté sin entender muy bien lo que sucedía.

-¿Cuarentena, no?.- preguntó sarcástico. En sus manos tenía a mi ayudante.- Tu mismo nos declaraste así... Y todo este tiempo has... Mentíste.

-¿A caso tu no has hecho nada respecto a tu frustración sexual?

-¡NO! ¡CLARO QUE NO!.- reí porque era un tonto.- ¡No es gracioso!

-Claro que si Yeol.- frunció el ceño. Y mi risa se apagó.- O tal vez no.

-Esto se acaba aquí, ahora mismo.- sonreí mentalmente. Sabía que si se enteraba se iba ha enfuerecer pero no pensé que le pondría fin a todo este molesto juego.

Estaba a punto de desvestirme cuando salió del cuarto. Rápidamente lo seguí. Quizá iba a la cocina o a la sala y yo me entuseasmé con sus sucias ideas.

Entró a la cocina. Botó mi juguete en el tacho de basura, agarró la bolsa y se fue a tirarlo en los contenedores de la calle.

A su regreso yo seguía en shock. Tal vez ahora si.

-No quiero mas de esas cosas en mi casa.- anunció. Asentí quedadamente.- Voy a ducharme para que podamos cenar.

-¿Eso es una invitación?.- pregunté con esperanza.

-No.- dijo. Y se fue.

Nos mantuvimos incómodos por unos cuantos días. Despúes me invitó a salir para aligerar nuestra tensión y volvimos ha ser los de antes. Cariñosos, melosos, amorosos...