Casually in Love// Tom Hiddleston (Terminada)

04: ¿Tarzán?

Este hombre tenía un cuerpo notoriamente trabajado y aquella camiseta blanca resaltaba su abdomen muy marcado, era una vista muy placentera que no podía dejar de admirar.

- Te me haces muy conocido.- solté sin rodeo alguno una vez que las puertas se cerraron.

- Gracias por detener el ascensor e impedir quedarme sin un brazo.- dijo sarcástico ignorando mi comentario.

- Disculpa, no te vi venir.- dije ruborizada. Ninguno habló más pero yo no podía dejar de verlo. Se me hacía tan conocido, pero no recuerdo en donde lo vi...hasta que se prendió el foco. - ¡Tú eres Tarzan! Como lo pude olvidar.- exclamé feliz.

- Sabía que me recorrías con la mirada por algo más.- insinuó coqueto.

- Disculpa si no recuerdo tu nombre.- ¿Cuántas veces mas me disculparía con este hombre? 

- Alexander Skarsgard y tú eres...- extendió la mano en forma de saludo.

- Soy Margot Miller.- contesté devolviéndole el gesto.

Alexander me cayó muy bien, incluso intercambiamos números. El poco tiempo que charlamos sirvió para saber que el audicionaba para la misma película que yo, pero para el papel protagónico del hombre. Esos cortos minutos, se los pasó coqueteandome indirectamente y no me molestó en lo absoluto, pero en cierto punto se me volvió incómodo. 

Alex audicionó pero no pudo quedarse más tiempo y se marchó. La espera me estaba matando y el sueño también hacía efecto.  A lo lejos divisé una pequeña mesa con una variedad de dulces y una cafetera. No llegué a tocar nada de lo que estaba en la mesa, cuando sentí un líquido caliente caer en mi pecho. Ardía demasiado y no quería que dejara marcas o algo. Levanté mi mirada para encontrar al responsable y me encontré con la sorpresa de que era el reconocido actorTom Hiddleston.

- Perdóname, perdóname, perdóname, no fue mi intención. Discúlpame porfavor.- rogába repetidamente. Sé que trataba de enmendar lo que hizo pero las disculpas no calmarían mi dolor y eso me desesperaba. Inconcientemente lo miré mal y  salí corriendo al baño para tratar de disminuir el ardor en mi torso. Era horrible, además de sentir las miradas de todos sobre mí.

Mi blusa estaba empapada pero ya me sentía mejor. Supongo que todo el rato que me quedé con la toalla fría ayudó en algo. A los veinte minutos, una chica joven me indicó que era mi turno. Los nervios que habían desaparecido anteriormente, se hicieron presentes con más intensidad pero logré calmarme lo suficiente para rendir en la audición. Me posicioné enfrente de los directores y empecé a actuar. Mentalmente, me encerré en una burbuja donde nada podía quitarme la inspiración, ni si quiera la gran mancha de café en mi camisa o el incidente ocurrido antes.

Cuando acabé, recibí los aplausos de los directivos en la mesa. No podía sentirme más feliz, y ojalá me quede con el papel.

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