ST/ 6: Te extraña

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Aquella mañana Alexander y Chelsea me habían invitado a su casa.

Sí, su casa.

Antes de que naciera la bebé, decidieron comprar un lugar para vivir los cuatro. Todo sucedió tan rápido para ellos, pero tan perfecto al mismo tiempo. Había llegado con un poco de retraso puesto que me había perdido pero finalmente llegué. Y no llegué con las manos vacías, este sería el cuarto regalo que le traía a Sara, pero yo lo hacia con todo el gusto del mundo. También un jueguete para Matt y una tarta de mora para los nuevos padres.

- Así que...¡SON PADRES!- grité emocionada.

- Eso parece.- contestó Chelsea obvia.

-¿Qué se siente?

- Duele... y mucho.- dijo Chelsea riendo.

- No me imagino el dolor.- confesé. - Y tu Alex, ¿Qué se siente ser padre?-

- Increíble, esperé esto toda mi vida pero nunca pensé que sería así de perfecto.

- ¿No es cómico?- preguntò Chelsea.

- ¿Qué cosa?- respondí yo.

- Como ustedes dos salieron al principio y al final terminó conmigo.

- Normalmente habría resentimientos pero claro que, nosotros no somos normales.-comenté.

- Sì, es muy raro hablar de esto. ¿De donde saliò eso amor?- le preguntò Alex incòmodo.

- No lo sé.- respondiò sencilla.

Desde que la conozco, Chelsea siempre ha tenido la costumbre de sacar las preguntas y los temas de conversación más incomodos y en los momentos más inoportunos. A lo largo de este tiempo también he logrado perder la incomodidad en dichos momentos pero claramente Alexander es todo un novato en esto, y vaya que le quedan varias ocasiones incómodas.

- Bueno ya, mejor cambiemos de tema. ¿Cuándo será la boda?- pregunté emocionada.

- Mmm, estábamos pensando y creemos que lo mejor es posponerla hasta, si quiera, un mes. Por lo de la bebé y todo eso.- respondió Alexander a lo que Chelsea asentía reiteradas veces.

- Ya tendremos tiempo tu y yo de organizar todo.- le dije a ella.

-¡Qué haria yo sin ti!- dijo divertida.

- Nada.- le seguí el juego.

Seguimos hablando por un tiempo más hasta que el llanto de la bebé nos interrumpió. Decidí que ya hora de irme por lo que me despedí de los tres y partí rumbo a mi antigua casa.

- ¡He llegado!- grité para que mi mamá se enterara.

- Qué bueno hija, justo a tiempo, en poco vendrá alguien a cenar con nosotras.- dijo sonrojada.

- ¿Se puede saber quien es ese "alguien"?- le pregunté alzando ambas cejas.

- Lo conocí en Italia.- confesó.

- ¿Durante el viaje que hiciste hace tres meses?

- Sí.

- ¿Sólo eso me vas a decir?

- ¿Acaso se te acabaran las preguntas algún día?

- Perdón por molestarte con mi curiosidad pero cabe que es culpa tuya porque la heredé de ti.- respondí divertida.

- Ya calla y mejor ayúdame a poner la mesa.- dijo entregándome los cubiertos.

Al entrar a la cocina, un olor de carne bañado en vino, me inundó. Mamá sabía cocinar muy bien pero sin duda uno de los que más se destacaban era justo ese platillo. Busqué el resto de cosas que hacían falta en la mesa y al momento de agarrar las servilletas de tela, en el mesón comenzó a sonar una llamada del teléfono de mamá. En la pantalla estaba la foto de un señor ya mayor pero todavia conservado y curiosamente, apuesto. Ahora veo porque mamá anda toda risueña, pero había algo en él que se me hacía conocido.

-¿Por qué no contestas?- dijo mi madre entrando a la cocina. Al ver de quien provenìa la llamada su cuerpo entro en complejo de alerta y empezó a correr hacia la entrada. No sin antes adevertirme de terminar con la mesa.

- Estás en tu casa.- escuché a mi madre decir con su suave voz.

- Es muy acogedor tu hogar Esther.- dijo la voz de un hombre.

Salì con la curiosidad de ver en persona al hombre.

- Ella es mi hija Margot.- me introdujo mi madre.

- Un gusto s-s...- Iba a presentarse cuando mi teléfono comenzó a sonar.

- Debo atender esto. Disculpa de veras.- me retiré de la entrada con la mirada enojada de mi madre.

- ¿Aló?

- Hola, ¿Margot?

- Ahh . Hola Benedict, ¿Qué te cuentas?- saludé.

- Los números.- respondió sarcástico.

- No da risa.- le dije.

- A mi esposa le gustan mis chistes.- se defendió Ben.

- Estoy empezando a dudar de los gustos de Sophie.

-¡¿Es enserio?! Eres la segunda persona que me lo ha dicho. Estoy empezando a dudar.- dijo exaltado.

- Ya, ya era una broma pero en serio, ¿qué te cuentas?- volví a preguntar.

- Mmm ya, lo que pasa es que tengo algo que darte. ¿En donde estàs?

- En New Jersey. ¿Qué es lo que me debes dar?

- Sorpresa.

- ¡Dime!

- No, cuando regreses a New York.

-¡No puedo aguantar una semana con la intriga!

- Ohhh, claro que puedes.- No se despidió ni nada, solo colgó.

Unos segundos despuès volvì a recibir otra llamada de Ben.

- Ah si, por cierto. Él está bien.

- ¿Quién es él?

- Sabes muy bien quien es "él" Margot.-

- Ya.- respondí con un tono de voz frió.

- Te extraña mucho.- Ahora si habia colgado y esta vez no volviò a llamar.





No tienes idea de cuanto lo extraño yo.

Casually in Love// Tom Hiddleston (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora