Naruto es un chico rebelde y problemático, acostumbrado a mantener un rendimiento bajo.
Hinata es una chica tímida y dulce, acostumbrada a vivir al margen de todo acontecimiento.
Pero ambos comparten un gusto especial por la música, y un talento que...
Llegó al fondo del salón y la encontró. Ella lo miró como si estuviera avergonzada. No se molestó en ofrecerle su mano para que se levantara, simplemente la alzó en sus brazos y salió del salón con ella, para sorpresa de todos los presentes...
"N-Naruto-kun!" – exclamaba ella, intentando que el rubio la soltara, pero era imposible. Se cercioró de que nadie los estaba observando y fueron a la sala de música abandonada. Solo allí la soltó.
"Hay algo muy importante que quiero decirte, y también hay cosas que quiero que me digas... de acuerdo?" – dijo para comenzar al chico. Ella asintió con la cabeza. Decidieron que Naruto empezaría.
"Está bien, yo comenzaré...quiero decirte que tomé una decisión...voy a hacer lo posible por subir mis notas y así poder ascender a la clase B y estar contigo..." – concluyó. La peliazul levantó la vista asombrada. "C-conmigo? P-por qué tú querrías estar en la misma clase conmigo?" – preguntó. Al rubio le molestó la pregunta, Hinata siempre hablaba menospreciándose. "Porque soy TU AMIGO y no tiene nada de malo que quiera estar contigo, es lo que los amigos hacen..." – concluyó.
Un silencio se creo, la chica sintió una lágrima rodar por su mejilla, estaba a punto de caer, cuando el dedo de Naruto la detuvo. Lo miró a los ojos y comenzó a llorar, lo abrazó y le dio las gracias. Permanecieron así largo rato, hasta que Hinata susurró en su oído: "¿Cuáles son las cosas que quieres que te diga?" – con voz más calmada, se separó un poco de él sin dejar de abrazarlo y lo miró a los ojos. Él se sonrojó; de verdad ella le parecía hermosa.
"B-Bueno...quiero básicamente que me cuentes todo de ti...tu vida, tu familia, amigos...todo...puedes hacerlo?" – preguntó. Ella lo miró con temor, pero de inmediato se dejó envolver por la confianza que los azules ojos del chico inspiraban. Suspiró, cerró los ojos y luego lo miró.
"Comenzaré desde un principio, está bien?" – el rubio asintió con la cabeza y ella continuó – "Mi familia es muy grande...yo nací producto de un error...Mi abuelo, tuvo dos hijos, gemelos, mi padre Hiashi y su hermano Hizashi... Hizashi se casó y tuvo un hijo; mi primo Neji...desafortunadamente Hizashi y su esposa murieron en un accidente de tráfico cuando Neji era muy pequeño, mi padre lo hizo como su hijo, ya que siempre quiso un varón...Mi padre tuvo una aventura de adolecente con una sirvienta de la casa, y ella se embarazó...mi abuelo prohibió su amor, y mi padre tuvo que casarse con otra mujer. Afortunadamente esa otra mujer fue muy buena, y me acogió como su propia hija...al menos hasta que nació mi hermana menor...Yo tenía cuatro años cuando nació Hanabi, mi hermana...desde que tengo memoria mi padre siempre me odió, porque soy igual a quien era mi madre...también debo añadir, que una vez que nací yo, mi madre "accidentalmente" murió en el incendio de su anterior casa...pero todo apunta a que fue intencional...en fin, con el odio de mi padre, solo me quedaba el amor de mi madre sustituta, amor que perdí nacida mi hermana, porque dejó de quererme y me dejaron a cargo de un sirviente del clan, y su esposa. Ellos me criaron con amor, me enseñaron a leer, a escribir, y cuando entré a la academia ya sabía lo básico...pero, en base a la relación de odio de mi familia, nunca supe interactuar con personas de mi edad...En los entrenamientos, siempre fui golpeada por mi primo Neji y por mi hermana Hanabi, a pesar de que sabía las artes marciales necesarias para vencerlos...Neji es un año mayor que yo, pero por una extraña razón entró a la academia conmigo...mi vida fue un horror, se aseguró de que todos supieran que fui adoptada, que mi padre me odiaba y que mi madre había muerto...no podía acercarme a nadie sin que me hicieran sufrir, así que decidí que nadie iba a lastimarme... Desde pequeña toqué el piano del sirviente que me acogió, su nombre es Ko-san. Su esposa, Sayuri-san me enseñó a cocinar y a dibujar, desde pequeña esas eran mis pasiones, así logré sobrevivir...mi hermana pequeña creció sin mí, creció odiándome...Un día...la casa en que vivíamos Ko-san, Sayuri-san y yo...se encendió en llamas...lo perdí todo...tenía fotos, mis primeros dibujos...Sayuri-san no pudo escapar a tiempo, una viga del techo iba a caer sobre mí, y ella me salvó, aunque para eso dio su vida...minutos después llegó Ko-san y logró sacarme de las llamas, pero resultó muy lastimado...en el hospital tuvieron que amputar una de sus piernas, y no logró recuperarse de la muerte de su esposa, fue decayendo hasta que murió...yo quedé sin hogar, tenía 10 años...y fue entonces cuando mi padre se acercó. Me ofreció la casita en que vivo ahora, a cambio de que no lo molestara, él me da una mesada todos los meses que uso para comprar las cosas de la casa, pagar la luz y el agua, comprar alimentos y cosas así...estoy mejor ahora allí sola...fue difícil pero lo superé...cuando entré a este colegio, había mucha gente que no conocía, pero ellos si me conocían...sabían mi historia, mi tragedia...yo eh sido siempre callada y reservada, por lo que me atribuyeron una personalidad misteriosa, comenzaron a molestarme por mi actitud y yo nunca me eh quejado, parecen disfrutarlo...no me importa nada de ellos, es por eso que no tengo amigos...por eso...cuando preguntaste si quería ser tu amiga...me extrañé de que estuvieras tan seguro de acercarte a alguien como yo..." – concluyó su larga historia.
El rubio apoyó su mano contra la muralla, agachó la cabeza y apretó su puño.
~*Fin del Capítulo 6*~
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