Capítulo 22: "¡¡¡Hinata Hyuga es MÍA!!!"

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"Hyuga...Neji, ¿verdad? Ese tipo...estoy seguro siente otra cosa..." – murmuró el ojiazul en palabras inaudibles para la joven. 

La abrazó nuevamente, prometiéndole que todo iba a estar bien, y posteriormente le extendió su mano para que se pusiera de pie. Ella la sostuvo, y al erguirse a su lado entrelazó sus dedos entre los de él. Se miraron sonrojados y salieron del lugar de esa misma forma. 

Ninguno de los dos se había preocupado de ponerle nombre a la relación que comenzaba aquel día, tampoco era relevante en ese momento, solo sabían que eran "más que amigos".

El día se pasó fugazmente y llegó el último timbre que anunciaba la salida de todos los alumnos. 

En la entrada al colegio se encontraba de pie una silueta sombría que parecía estar al acecho de su presa. No muy lejos, caminando en aquella dirección, iba una chica peliazul refugiada bajo el brazo de un rubio, que caminaba lentamente y con la misma oscuridad en sus ojos. 

Todos en el colegio sabían del encuentro, inclusive el desinteresado maestro Kakashi sentía curiosidad por quién ganaría la batalla. 

Se pararon cada uno a un par de pasos de distancia, y la ojiperla se escondió tras su rubio. Todos los demás alumnos, atentos a cualquier movimiento, comenzaron a formar un círculo alrededor de ellos, dejando a los tres en el centro. 

Comenzaron a escuchar cuchicheos entre la multitud, hasta que una pequeña, morena, de cabellera castaña y ojos perlados, alzó la voz para preguntar a qué se debía el acto que iban a presenciar, pues no había llegado a sus manos aún la impresión que circulaba entre los alumnos, su primo se había encargado de que no le dijesen nada. 

Ante la interrogante, ambos chicos, al unísono, respondieron: "¡¡¡Hinata Hyuga es MÍA!!!" – y tras exclamar la frase la peliazul retrocedió unos pasos, ya que Naruto salió disparado y con la mano empuñada con mucha ira, dispuesto a plasmarla toda en el rostro del azabache. 

Por su parte este no se quedaba atrás, y también comenzó a correr en dirección al ojiazul. 

Cuando estuvieron a centímetros de distancia el golpe del rubio conectó con la mejilla del pelinegro, sin embargo una poderosa patada de este le dio en las costillas, por lo que ambos se vieron en el piso en direcciones contrarias. 

Volvieron a ponerse de pie con dificultad, el rubio presionando su costado como si quisiera sujetarlo para que no se cayera, y el pelinegro sosteniendo su rostro con la mano. Su labio inferior sangraba. 

Se miraron con odio unos segundos, mientras recuperaban el aliento. 

Hinata observaba la escena con terror, estaba a punto de romper a llorar, cuando una chica de cabello largo y rubio, y ojos particularmente claros se acercó a ella. 

"Todo estará bien, no te preocupes, los hombres en ocasiones son así de estúpidos" – le dijo la rubia. La ojiperla volvió a mirarla. 

"¿Q-Quién...eres?" – preguntó, algo asustada, pues nunca una chica de su edad se había acercado a ella. 

"¿No es obvio? Tu nueva amiga, Ino Yamanaka, un placer conocerte Hyuga-san" – le respondió con una enorme sonrisa. Se mantuvo a su lado, abrazándola fuertemente mientras observaban la cruel escena. 

Nuevamente los dos varones se levantaban del piso, regalándose una mirada de absoluto odio. 

El Uchiha se había torcido un pie intentando esquivar los golpes del rubio, sin embargo este se rompió la mano al fallar un golpe y estrellar su puño contra el piso. Aún así, la adrenalina les impedía sentir dolor. 

NaruHina "La melodía de nuestro amor"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora