NaruHina "La melodía de nuestro amor"

Capítulo 30: "La pureza de tu corazón"

~*Aún no reproduzcan la canción, yo les avisaré :D*~

"Ya tengo siete fotografías, ¡Ohh Hinata, has hecho esto muy fácil!" – se rió a la distancia una ojiverde, guardando su celular. 

Se marchó en dirección opuesta, ya pensando todo lo que podía hacer con esas siete fotografías.

"Llegamos chicos...disculpen la demora" – dijo Hinata, llegando al punto de encuentro con Sasuke a sus espaldas. 

"De acuerdo, ¿vamos ya?" – dijo el rubio molesto, poniéndose de pie, enojado por ver a Sasuke tan cerca de la peliazul. 

"Hola chicos, ¿qué tal?" – saludó alegre casi en tono burlón el pelinegro a sus compañeros. 

Nadie más respondió. 

"Bien, ¿nos vamos?" – insistió el ojiazul. 

"De acuerdo...ensayaremos en la antigua sala de música, en la zona cerrada del colegio..." – dijo la chica, comenzando a caminar. 

El pelinegro comenzó a acercarse a la ojiperla a medida que iban caminando, y casi de la nada, muy rápidamente un rubio se apresuró a llegar junto a la chica. 

"¿Estás bien Hinata?" – preguntó, abrazándola por los hombros y lanzando una feroz mirada al ojinegro que venía tras ellos. 

"Estoy bien Naruto-kun, muchas gracias por preocuparte por mi..." – respondió sonrojada la chica, ignorando la situación. 

La rubia y el pelinegro caminaban callados un poco más atrás, ella miraba a la distancia al chico, que ignoraba los sentimientos de ella pues los desconocía. 

El chico que acompañaba a la ojiazul la miraba de reojo, sabía que en su interior estaba sufriendo. Se limitó a imitar al rubio de adelante y abrazó a la chica por los hombros. 

"Tranquila, tú solo relájate y no pienses en ello" – intentó reconfortarla.

Caminaron hasta llegar al salón antiguo de música. 

"Ahh pero qué hermosos recuerdos, ¿no, Hinata?" – preguntó el rubio a la chica que aún mantenía entre sus brazos. 

"Sí...muy lindos..." – respondió, algo sonrojada. 

Esto molestó al pelinegro, que intentó no manifestarlo, sin embargo el ojiazul era astuto y logró notarlo. 

"Aquí fue donde nos conocimos, ¿lo recuerdas, Hinata?" – insistió. 

"Claro que sí Naruto-kun...sería imposible olvidarlo..." – murmuró para él. 

"¿Vamos a ensayar o nos quedaremos toda la tarde aquí de pie?" – preguntó el pelinegro intentando disimular su enfado. 

"Oh, claro, bueno chicos quizás no todos la conozcan, pero esta solía ser el salón del club de música, antes de que lo cerraran claro, ahora tenemos la oportunidad de reabrirlo, y es aquí donde ensayaremos para ello, ¿de acuerdo?" – habló Hinata, tomando la iniciativa. 

Mientras a peliazul sacaba de los muebles los instrumentos para cada uno, el rubio se acercó a un pelinegro que no conocía. 

"Pzzz, ¡oye tú! Sí tú...acércate..." – le murmuró y el chico se acercó sigilosamente, pues había aprendido que cuando alguien se dirige a él en voz baja es porque requiere discreción. 

"¿Qué sucede?" – respondió en el mismo tono. 

"¿Cuál es tu nombre?" – preguntó en voz baja el rubio, a espaldas del resto de las personas.