Capítulo 86: "Shanghai"

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"¿Estás lista para el postre, amor mío?" – preguntó, alzando a la chica para llevarla, esta vez, hasta su propia cama. 

"Na...Naru...to..." – jadeó agotada, dejándose llevar por el rubio de sus ojos...



Dedicó toda la noche a entregarle caricias y placer a la peliazul, hasta el punto de llevar sus cuerpos al límite. Ella se aferró a él como si su vida dependiera de ello, y él dejó que la vida casi se le fuera en un mar de suspiros.

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"¿Estás lista?" – le preguntó, una vez que la chica se vistió, y solo se dedicaba a secar su cabello.

"Ya casi..." – susurró ella.

Eran cerca de las dos y media de la madrugada, y él era perfectamente consciente de que debía devolver a la chica a su casa, con sus padres, si realmente no quería problemas. Además, estaba más que satisfecho con su "cita". 

Cuando estuvieron ambos listos, abandonaron la mansión Uchiha y se encaminaron por las solitarias calles de la ciudad. Una suave y tibia brisa se colaba por las esquinas, y ellos caminaban a paso lento, tomados del brazo. 

La pelirosa tenía una sonrisa estampada en el rostro, mientras observaba las estrellas, ilusionada con su brillo. Él en cambio, traía una sonrisa serena, y se deleitaba observando las expresiones de la chica por el rabillo del ojo. Sin duda habían tenido una velada perfecta, tanto así que el silencio que había entre ambos no era para nada incómodo, por el contrario, reflejaba una total complicidad, y una calma en que sólo podían oír a ambos corazones latiendo.

Se detuvieron ante la puerta de la chica, y tomados de la mano, ambos se observaban sonrientes. 

"¿Te veo mañana?" – le preguntó él, acariciándole el dorso de la mano con sus pulgares.

"Claro que sí" – asintió ella, con una gran sonrisa.

Se besaron a la luz de la luna, y luego ella entró lentamente a su hogar. Apenas cerró la puerta, recostó la espalda en ella y suspiró. Se llevó las manos al sonrojado rostro, recordando en su mente las últimas horas, como si reprodujera una película. 

Se levantó para caminar en dirección a su cuarto, con la mayor cautela que podía. Al pasar por la entrada al living, las luces se encendieron. 

Su padre estaba sentado en el sofá, observándola. 

Ella se sobresaltó, y dejó escapar un breve grito, pero no lo suficientemente alto. Su madre aún dormía. 

Cruzado de brazos, erguido en el sofá, el hombre le dio una breve mirada al reloj en la pared. 

"Son las 3 de la madrugada, Sakura" – anunció, levantándose de su lugar y caminando hacia ella.

"Mierda..." – murmuró la chica para sí, mordiéndose el labio. 

La había cagado, y no estaba segura de poder salir de esta.



Un pequeño castigo no logró hacerle nada de daño, y así pasaron los días, entre calificaciones y preparaciones de boda, hasta que el día de la graduación se hizo presente.

En medio de una ceremonia bastante emotiva, los alumnos y profesores despedían a los de último año, con cantos, discursos y galardones para cada uno de los alumnos de los 3 cursos que se graduaban. 

NaruHina "La melodía de nuestro amor"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora