NaruHina "La melodía de nuestro amor"

Capítulo 53: "¿Qué haces tú aquí?"

Acercándose a los arbustos, comenzó a ver una silueta. 

"¿Hinata?" – murmuró. 

Se acercó un poco más y volvió a preguntar. 

"¿Hinata?" – insistió. 

"¡Ah!" – exclamó una voz femenina. 

"¿Hinata qué haces aquí? Los chicos ya están en el agua divirtiéndose" – le comentó el ojiazul. 

"Ah...lo siento, es solo que quería aplicarme bloqueador solar antes de entrar pero..." – murmuró la frase cada vez más despacio. 

"¿Pero? ¿Sucede algo Hina-chan?" – preguntó el rubio, mirándola algo preocupado. 

"La verdad es que me apenaba mucho hacerlo frente a todos, y lo estaba haciendo aquí pero a pesar de todo, no pude terminar..." – explicó, sonrojada. 

"¿Por qué? ¿Sucedió algo? O... ¿Es porque yo te interrumpí?" – insistió con sus preguntas. 

"¡N-No! No lo malinterpretes, no lo digo por eso" – exclamó observándolo con dulzura, muy apenada porque sus palabras habían sido malentendidas. 

"¿Entonces cuál es el problema?" – dijo el rubio. 

"P-Pues es que...n-no...no alcanzo mi...espalda... no puedo... estaba pensando sí tal vez tú... podrías ayudarme" – finalizó con dificultad, pues aún se sentía incómoda estando con tan poca ropa frente al chico. 

A medida que escuchaba titubear a la chica, sus mejillas se iban tornando más rojas hasta acabar completamente sonrojado. 

Siempre había soñado con aquella escena de película, en que la pareja se encontraba en la playa, una toalla tendida en la arena, la chica recostada boca abajo en ésta, desatando lentamente su bikini para dejar la espalda expuesta a las manos del chico, quien comenzaba a aplicar la loción, haciendo que la joven se quejara de que ésta estaba fría, provocando la risa entre ambos. 

Desde luego, la escena era distinta; no estaban en la playa, Hinata no estaba recostada en la arena y el chico, era él. 

Se puso completamente nervioso. 

"¿Naruto-kun?" – murmuró la chica sonrojada, ante el silencio del rubio. 

"¿Eh? ¡¡Oh!! C-Claro no hay problema...yo sólo...eh... de inmediato" – tartamudeó nervioso, tomando el bote de loción. 

La ojiperla le dio la espalda lentamente, se tomó el cabello y lo dejó caer por completo a un lado, mientras el chico se aplicaba el protector solar en las manos. 

Se disponía a comenzar, cuando un movimiento que hizo la peliazul lo hizo detenerse y congelarse por unos segundos; llevó los brazos a su espalda lentamente y desató su bikini con delicadeza, retirando las manos casi de inmediato para sujetar la prenda por el frente. 

Él quedó petrificado un par de segundos. La sangre se agolpó por completo en su cabeza y creyó por un momento que aquello no era verdad. 

"¿E-está todo bien?" – preguntó la peliazul, mirando detrás de su hombro al rubio, quien logró reaccionar. 

"¡¡S-sí!!" – asintió, dejando caer al instante sus manos sobre los hombros de ella. 

De inmediato la chica se estremeció. 

"Ah" – exclamó despacio, sorprendiendolo. 

"¿Q-q-qué p-pa-pasó?" – preguntó nervioso y con las mejillas completamente rojas.