Él bajó sus manos a su falda, y la subió aún más. Se encontró con su ropa interior blanca, tan inocente, no pudo evitar sonreír con malicia.
"Si quieres detenerme, tu momento es ahora..." – susurró a su oído, para después mordisquearle el lóbulo.
Ella jadeó y se aferró a sus hombros.
"Todas las señales son verdes para ti... adelante" – respondió, mientras le quitaba la corbata y desabotonaba la camisa...
"La comida ha sido deliciosa..." – suspiró la peliazul, dejando los cubiertos sobre el platillo vacío.
Habían ido a un restaurant del centro de la ciudad, en donde sus atuendos elegantes valieran la pena.
"Su cuenta, caballero" – se acercó un mozo, alto y delgado, de semblante tranquilo.
"Gracias" – sonrió el rubio, y recibió el pequeño sobre de cuero.
Se llevó la mano al bolsillo para alcanzar su billetera, cuando una rápida acción de la ojiperla le arrebató la cuenta de su mano.
"Hey..." – se quejó, mirándola con duda.
"Caballero, esta noche lo he invitado yo, así que vuelva a guardar su dinero" – se burló del hecho de que el mozo lo llamara caballero.
"Por ningún motivo" – sonrió divertido, tratando de arrebatarle el sobre de las manos.
Antes de poderlo evitar, la peliazul le hizo entrega del sobre de cuero al mozo, en cuyo interior había dejado el dinero de la cena y la propina.
"No tienes remedio, Hyuga..." – suspiró al fin, cuando supo que ya no había nada que hacer al respecto.
La chica solo sonrió, satisfecha.
Él se puso de pie, le retiró la silla, y luego extendió su brazo para ofrecérselo a ella.
"¿Nos vamos?" – preguntó caballerosamente, mientras se deslizaba los cabellos rubios hacia atrás.
Ella sonrió, sonrojada, y se colgó de su brazo para ponerse de pie.
Abandonaron el local con caminata elegante, encontrándose con la noche estrellada.
Contempló a la chica a su lado, y una idea cruzó por su mente, logrando teñir de rojo sus mejillas. Volteó el rostro para evitar que la peliazul lo viera, sin embargo, no pasó desapercibido.
"¿Qué estás pensando?" – le preguntó, poniéndose delante de él para evitar que huyera de su mirada.
"¿Damos un paseo?" – preguntó nervioso.
"Siempre has sido malo mintiendo... Quieres ir a casa pronto... ¿No es así?" – empleó un tono suave y bastante coqueto.
¿Qué había pasado con la Hinata que conocía? Esta noche era una totalmente distinta, pero aquello le gustaba.
"De hecho, yo también deseo llegar a casa... pronto... Na~ru~to~kun" – susurró su nombre pausado, seductor, cerca de su oído, y logró hacerlo estremecerse.
"D-De acuerdo... T-tu ganas... P-pero de hecho... Sí estaba pensando en otra cosa..." – se rascó la barbilla, sonrojado y algo excitado.
"¿En qué?" – volvió a insistir, acercándose a él para rodearle el cuello.
"M-me gustaría... que fuésemos a mi casa esta vez..." – le soltó al fin.
Y era cierto, desde su primera noche de pasión, la pequeña casa de Hinata se había convertido en su nido de amor. Pero jamás habían ido a la casa del chico. Por sus padres, el abuelo pervertido, y desde luego... Porque hacían bastante ruido.
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NaruHina "La melodía de nuestro amor"
FanficNaruto es un chico rebelde y problemático, acostumbrado a mantener un rendimiento bajo. Hinata es una chica tímida y dulce, acostumbrada a vivir al margen de todo acontecimiento. Pero ambos comparten un gusto especial por la música, y un talento que...