No podía ser verdad

5.9K 347 2
                                    


13 de Julio 2014
New York

Lauren

En algún puto momento​ tuve que olvidar su sonrisa y por fin pude terminar con el absurdo caso. La gente solía dificultar su vida con divorcios cuando hubieran podido simplemente no casarse, se ahorraban dólares, malos ratos y mucho tiempo.
Demonios, un divorcio me caería muy bien para mi. En realidad me caía mejor recuperar la maldita joya y mirar por última vez a esa castaña con un culo realmente deseable.
Tener más sueños fugaces con ella me estában matando, despertar a media noche con la sensación de haber sujetado su cabello castaño y haber besado sus dulces labios, lo peor venía cuando miraba al otro lado de la cama y ahí estaba mi novia. Sensual y única pero faltaba algo en ella, algo que sin duda aquella chica tenía. ¿Cuanto tiempo estaría así? Me preguntaba casi todo el tiempo. Apenas y podía concentrarme en el trabajo.
Las llamadas iban y venían en mi móvil, de Jade, de mani y unos cuantos casos sin solucionar pero mi cabeza no daba para más necesitaba un maldito día de tranquilidad.
En ese momento Jade entró a mi pequeña oficina. No podía ser verdad. Llevaba ese encantador vestido que tiempo atrás me enloquecía pero ahora solo imaginaba en quién se vería mejor.

-Hola cariño. Saludo amable y se sentó sobre mis piernas, una vez verificó que la puerta estaba correctamente cerrada. Coloqué mis manos sobre su cintura y la besé. Ella intentó continuar y llevar el beso a un grado más alto pero la detuve.

-¿Que pasa Lauren? Preguntó decidida a replicar mi repentina huída.

-Solo que no es tan cómodo ahora, debo terminar esto antes de las 8 y no puedo concentrarme últimamente, estar juntas ahora no mejorará nada.

Giró los ojos, supusé que era la peor manera de terminar con el tema y por más que luche por separarla de mis piernas no tuve el corazón suficiente para apartarla. Tal vez hacía falta tener más su contacto y así poder olvidar aquello que me fue arrebatado en las Vegas. Mi libertad y la capacidad de disfrutar con otra mujer.

-Siempre huyes Lauren, los últimos días siempre lo haces y necesito una explicación. Enredó mi cabello en sus dedos y esta vez sostuvo sus labios en los míos por un largo tiempo. Quería distraerme.
Separé con mis manos sus hombros.

-Es solo el trabajo ya te dije. Desabrochó mi blusa en el primer botón y besó la piel libre.

-Esta bien, acepto tu excusa y por eso, tu y yo iremos a cenar con mis padres esta noche, así hablaremos más sobre el compromiso, te vas a sentir mucho mejor, más relajada.
Soltó, mis músculos se tensaron de pies a cabeza e intenté buscar algo de que sostenerme, aún cuando estaba sentada en mi silla giratoria. La opresión en mi pecho tampoco ayudo.
¿Como mierda iba a ayudarme eso ahora?

-Es un buen plan. Contesté apenas.
-Claro que si, y cuando termine el día nos iremos al departamento. Me guiñó y besó mi barbilla. Sentía su cuerpo completamente recargado en el mío, su vestido se unía a su cuerpo como una segunda piel y yo descanse mis manos en su culo. Necesitaba sentirme más atraída hacía ella, quería dejar de pensar en el anillo y la posibilidad de comprar uno más costoso. Dios mío, ¿Como mierda iba a complacer a Jade con otro anillo? El que tenía para ella era perfecto.

-Ya puedes parar de dudar y besarme ahora Lauren, en serio que me preocupas. Mencionó aún entretenida con mis hombros. Yo hice un movimiento brusco para besarla. Apenas toque sus labios intenté sumergirme en ella como siempre lo hacía. Supuse que poco a poco toda esa marea alta en mi cabeza terminaría. Todo. Dejaría de pensar en alguien más y con el tiempo arreglaría la penosa situación.

Más tarde durante la cena todo marchaba de maravilla. Bueno al parecer de Jade por que yo me sentía demasiado incómoda. Como si un pesar me impidiera tomar la decisión más importante.
Obviamente no iba a soltar frente a ellos que ahora iba a ser más difícil casarme en dos ocasiones, solo rogaba por que ese matrimonio fuera una broma de mal gusto, que no fuera válido o que aquella chica se hubiera tomado la molestia de invalidarlo al día siguiente de nuestro encuentro ¿Porque no lo había hecho yo? Supusé que mi orgullo estaba roto en ese momento, ella había huido de mi cama, como si yo tuviera una extraña enfermedad, que tomó la decisión de fugarse, cuando había sido la novia en la ceremonia.

-¿Estas bien amor? Jade tomó mi mano y me di cuenta que llevaba minutos perdida en mis pensamientos.

-Si lo siento, es solo que me siento cansada. Mis suegros me dieron una mirada comprensiva.

-Bueno, pues quizás en otro momento se pueda hablar del compromiso, es mejor que ambas vayan a descansar.
Dijo la mamá de Jade, asentí algo perdida con una sonrisa descuidada. El resto de la noche, durante el camino y ya entrando en el departamento de mi novia, me ví distraída por sus besos y su peculiar forma de hacer que me sintiera mejor.

Novia fugitiva Donde viven las historias. Descúbrelo ahora