Novia fugitiva

Las Vegas parte 1

26 de Junio 2014
Las Vegas

Lauren

El viaje en avión había sido más aburrido de lo que recordaba.
Mis amigas intentaban mejorar el momento contando chistes, pero ni siquiera eso me ayudaba. Algo en el fondo de mi cabeza me decía que algo pasaría, algo bueno y malo a la vez.
Simplemente el hecho de que Ally quisiera hacer ese viaje era muy extraño. Ella jamás quería cosas alocadas y ahora aquí estábamos a tan solo minutos de llegar a ese increíble hotel, ese tipo de sitios que ocultaban las historias más locas, prohibidas y secretas de tantas personas.

-Dios pareces santa Lauren, que solo será este fin de semana, iremos a algunos bares, conocemos gente, tomamos fotografías y bailamos ¿Qué parte no te gusta?

Keana trataba de convencerme de dejarme llevar de una vez por la aventura. Aunque antes era mucho más libre, la nueva etapa en mi vida me obligaba a actuar con más seriedad. A decir verdad estaba más preocupada por mi compromiso y todos los detalles, que en conocer a alguien en la ciudad del pecado.

-Solo digo que no era necesario viajar tan lejos para divertirnos, bastaba con una noche en Miami, cerca de la playa.

Mani rodó los ojos a un lado de Ally, la pequeña solo rió.

-Lau, Lolito hermosa, por favor deja de ser negativa que yo quiero fiesta.

Ally había hablado por fin, después de su declaración Keana gritó alto y el conductor del taxi se molestó.

-Que aburrido.

Mencionó en un tono poco perceptible, usé mi codo para obligarla a callar.

Frente a nosotros apareció el tan famoso hotel, abrí los ojos soprendida, nunca había estado aquí y jamás lo imaginé. Mi vida era tan centrada desde que inicié la universidad que mis pequeños sueños de salir y conocer el mundo se cerraron. Pero ahora poco a poco respiraba otro ambiente, un olor diferente al de mi aburrido despacho.

-Ooh ooh.

Gritaba Keana como loca, el conductor casi lanzó muestras maletas en la entrada y después de recibir el pago se largo. Ajusté mis lentes sobre mi cabello para entrar al inmenso lugar.
Increíble, lleno de gente desconocida, familias, chicas hermosas y hombres llenos de tatuajes.
En la recepción estaba la única chica que pintaba en mi mundo de normalidad.
Saludamos con una sonrisa, la mujer formal nos entregó la llave de habitación para cuatro y casi corrimos al ascensor.
Los gritos de mis amigas continuaron después de llegar a sitio donde dormiríamos por dos noches. O al menos eso pensamos, el destino se encargaría de nosotras ahora.