Novia fugitiva

En silencio

Lauren
Miami
25 de Febrero

Amo los viajes en silencio. Repetí en mi cabeza, Camila estaba a mi lado sin decir palabra, en cada instante que podía y me permitía al conducir la miraba. Mordía sus labios constantemente y suspiraba de forma linda.

-¿Porqué te detienes? Preguntó una vez me detuve a un lado del camino, mis padres iban mucho más delante de nosotros en el auto. Necesitaba darme mi tiempo para despedirme de ella.

- Tu sabes que debemos hablar sobre algo.

-No estoy preparada Lolo.

Claro que necesitaba esto mucho más después de la llamada de Jade hace unas horas, Camila actuaba raro conmigo desde entonces y suponía que había escuchado que hablaba con alguien.
Por dios, mis nervios estaban al límite, necesitaba tener la respuesta a todo esto, tener la tranquilidad de que Camila decidiría mandar a la mierda al tipo con el que estaba y la iba a mirar despertar a mi lado por mucho tiempo más.

-Te voy a hacer varias preguntas y quiero que me contestes con mucha sinceridad y también que lo hagas mirándome a los ojos.
Fijó la vista en sus manos y carraspeó.

-Dios, eres molesta cuando te lo propones.

-No podemos seguir viéndonos y engañando a mis padres, eso esta claro y también que no pienso compartirte con alguien más ¿Que va a pasar?
Se incómodo en su asiento.

-Tampoco es lo que quiero.

-¿Entonces?
Un autobús pasó a nuestro lado y no escuché lo que acababa de decir.

-¿Que has dicho? Repetí.
Ella rodó los ojos desesperada.

-Que quiero estar contigo por tiempo indefinido. Sonreí. No podía hacer algo más, tal vez parecía una loca ahora pero no me importó y ataque sus labios.

-Es lo mejor que he escuchado de ti, claro a parte de tus gemidos en la cama.
Sus mejillas enrojecieron.

-Lolo solo dame unos días para hablar con...

-No lo nombres. Asintió.

-Voy a ir contigo a New York, yo misma llegaré cuando arregle todo.
Casi saltaba del asiento para abrazarla y apretarla hacía mi pero de pronto sus ojos no me dieron mucha seguridad.

-¿Con quien hablaste en la madrugada?
Un nudo muy grande se quedó en mi garganta.

-Nadie importante.
Pero que podría negar, había salido de la habitación para hablar con Jade y seguramente levanté sospechas desde ese momento, no fui muy discreta.

-¿Y? Preguntó a la defensiva. -¿Ella verdad?

-Quien haya sido no me importa, solo tu Camz.

Camila

Se la pasaba diciendo que no había nadie que le interesará tanto como yo, pero apenas recibía la llamada de Jade y no dudaba en contestar.
Mi humor no era el mejor y estaba desaprovechando el tiempo que nos quedaba, se recargó en el asiento y suspiró profundo.

-Si quieres saber, no soy la única que tiene miedo a esto.

-¿Tu miedo? Trate de reírme pero su cara afligida me preocupó.

-Si hable con Jade anoche pero solo estaba en un momento de debilidad, no pensaba que me ibas a decir que te vas a quedar conmigo.

-¿Dudas de mi?

-Oye también a mí me han hecho daño en la vida, tengo derecho a dudar, tener miedo y a llorar.

Aun con la fase de celos que había tenido no quise arruinar ese momento.

-Lauren, estos días que pase contigo me han encantado, de verdad eres un poco más encantadora que antes y tu familia es un punto a tu favor. Gruñó molesta.
-Aunque no lo creas me has convencido de estar contigo.

-¿Al grado de arrepentirte de firmar el divorcio?

-No a ese grado por que casarse era un paso mucho más grande, yo...
Era tan obvio que me arrepentía pero al mismo tiempo solo quería disfrutar de una relación con ella con un inicio diferente, y si llegaba el tiempo pues pensar en una boda un poco más legal.

-Nada de huir Camila, te gusta mucho hacer eso. Me reclamó con un puchero lindo.

-Lauren solo me gusta verte sufrir, dime la verdad ¿cuando despertaste ese día sola en las vegas que pensabas de mí?

Sus ojos verdes me miraron fijamente y llevó su mano a mi mejilla.

-Solo supe que ibas a darme problemas desde que te conocí y cuando desperté esa mañana sabía que todo comenzaba.
Nos miramos por minutos y sonrió de forma linda, le respondí y me acerqué a ella pegando nuestras frentes, sus manos ya vagaban por mi cintura y las mías por su cabello.

-Yo salí aterrada de la cama, pero aún así tenía muchas ganas de volver a toparme contigo, por un tiempo miraba lo único que me había quedado de ti.

-El anillo.

-Si. Ella negó. -¿Que?
Sus labios cálidos buscaron mi besos, cuando dejamos de hacerlo había pasado casi una hora que nos detuvimos. Su móvil comenzó a sonar.

-Diablos, seguro que ya llegaron a la ciudad.

-Vámonos. Estaba encendiendo el auto y sin poder evitar tomé sus mejillas de repente y le planté un beso desesperado.

-Quiero esto de verdad Lauren. Sonrió de forma encantadora, iba a matarme.