Novia fugitiva

Tengo una esposa

1 de Enero 2017
New York

Lauren

Salí del taxi sin esperar a mis acompañantes, justo como salí del bar. Tropecé con una enfermera a la entrada de Urgencias del hospital y me miró raro. Debía parecer una loca. Miré atrás y todo cobró sentido. Mani caminaba casi arrastrando a una inconsciente Keana. Estaba demasiado ebria como para saber que pasaba. Algo exhausta Mani dejo caer a nuestra amiga en la primera silla que encontró y se acercó a mi.

-Por aquí Lauren, debemos ir a aquella ventanilla.
Asentí preocupada.

-Hola. Saludé insegura. La enfermera me miró severamente y luego a nuestra chica desparramada en la silla de la sala.

-Dígame en que puedo ayudarla. Preguntó severa otra vez, Mani se encogió de hombros esperando a que yo dijera algo más.

-Yo, aaaa...he recibido una llamada, me avisaron que mi esposa estaba aquí de hace una hora y que...

-Claro usted es ¿Lauren Jauregui?
Asentí. Mani esta vez también se pusó nerviosa y tocó mi hombro.

-Si miré, estás son las formas que debe llenar para su esposa, la paciente Camila Cabello, tendrá una  cirugía en el brazo, una fractura, ella y su acompañante fueron golpeadas por otro auto cuando viajaban en un taxi, esta estable pero debe ser intervenida.
Mi cara era un poema seguramente. Mani habló por mi.

-¿Cree que podamos ver a...esa Camela?

-Camila Cabello. Corrigió la enfermera mirándome raro. Claro yo debía estar actuando como una esposa asustada y saber su nombre por supuesto.

-¿Su familia está aqui?
Pregunté insegura, no sabía de quién demonios se trataba.

-Tardamos en localizar a algún familiar aquí en la ciudad pero según la poca información que tenía en la cartera hicimos una seria investigación, reconocimos que estaba casada con usted y la localizamos por teléfono, la señorita que viajaba con ella no ha despertado y no había nadie más que pudiera ayudar a la paciente.
Tragué saliva con esfuerzo y comencé a sudar como nunca. Ni siquiera me había pasado por la cabeza que ese día llegaría.
Mani aún estaba sin comprender. Recordé esos días en el hotel de las Vegas. Por dios. Quise gritar.

Una vez nos dijo la habitación dónde estaba Camila Cabello tomé a Mani por el brazo y la hice seguirme.

-¿Que mierda es todo esto Lauren?
¿Camila? ¿La conoces?
Ella no solía soltar palabrotas tan a menudo pero en los últimos minutos había dicho demasiadas.

-Eso creo. Respondí apenas y con las indicaciones de la enfermera en la mente localice la puerta. Necesitaba asegurarme de que no era una pesadilla o algo así. Descartar la loca idea de que era ella.

-Lauren, dejamos a Keana sola. Soltó de golpe. Yo revolvía​ mi cabello. Una amiga ebria abandonada en medio del hospital era lo de menos.

-Esto es más importante Mani.

La puerta blanca con el número marcado estaba frente a mi y yo parecía estar estudiando el mecanismo por el cual funcionaba atentamente. Algo cansada de esperar mi amiga abrió la puerta de golpe. Yo cerré los ojos y dí un paso adelante​ para entrar. Quería mirar a todos lados menos a ese sitio, estaba casi segura de lo que iba a encontrar ahí dentro.
Camila Cabello, Camila Cabello, Camila Cabello, seguía su nombre en mi cabeza sin detenerse.

-Mierda. Dije en un tono alto, cuando miré a la mujer sobre la camilla. Su brazo con una escayola y sus ojos cafés sobre nosotros en la puerta.

-...¿Tu?
Preguntó por fin.

Era ella, estaba ahí frente a mi, después de años la había encontrado, a la novia fugitiva, la única culpable del odio de la abuela y la mayoría de la familia hacia mi hasta estos días. Por ella había dejado de lado mi relación con Jade y descuidado mi antiguo trabajo. Había soñado con ella todas mis noches desde que regrese de ese fin de semana en las Vegas.

-¿Que pasa Lauren?
Preguntó Mani golpeado mi mano de forma distraída.

-Tengo una esposa. Pude decir con la voz débil y sin poder apartar los ojos de Camila. Ahora sabía su nombre. Esa mujer castaña con la que pasé una alocada noche se llamaba Camila Cabello y por dios, era mi ¡Esposa!