Diferente

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22 de Julio 2017
New York

Lauren

-Ven conmigo. Le sugerí pero su reacción no fue muy buena.

-Debes bromear Lauren, vives con ella. Me reclamó. Estaba molesta ahora.

-Oye antes de que te pongas peor debo aclararte que Jade y yo ahora somos amigas, vivo con ella, pero separadas ¿Me entiendes? Su cara no mejoró mucho así que evite el tema. Dinah pasó fuera de la habitación y nos gritó para despedirse, iba a salir y por fin podría salir sin que temiera por Camila. En resumen tenía tres días en su departamento. No dormía ahí pero si me tomaba el tiempo libre con ella, dábamos un paso a la vez, habíamos hablado de tantas cosas en esos días, prácticamente me convertí en su almohada por las tardes. Fui por ella al departamento y de regreso de su trabajo. Me quedaba a comer y veíamos televisión todo el rato. Dinah se reía y bromeaba con que no quería una compañera más en el lugar. Yo era eso.
Camila se negaba a dejarme acercarme a ella ademas de abrazarla para dormir en el sofá y besar su mejilla.
Estaba demasiado ansiosa por besarla y...

-¿Porque de pronto quieres vivir conmigo?
Mordió su labio jugando. Diablos, le encantaba tentarme.

-Para no fastidiar a Dinah con mi presencia, debe ser molesto tenerme todo el día aquí. Se encogió de hombros y siguió organizando su ropa en el armario. Se miraba mejor, charlaba y sonreía en ocasiones, aún no mejoraba su apetito pero suponía que lo iba a hacer. Se negaba a salir a otra parte que no fuera la editora. Justo antes de dormirse soltaba ese suspiro cansado y continuaba con pesadillas aunque se negara a contarme, Dinah me lo comunicaba.
Sentí demasiado silencio y fije mi vista en ella.

-Estas muy silenciosa hoy Lauren. Aclaró. -Esperaba a que insistieras hoy en llevarme a alguna parte.

-¿Quieres? Le pregunté sorprendida.

-Quizás un rato ¿Pizza?
Sonreí y ella lo hizo también. Sin dejarla de mirar y lento me acerqué a su costado, necesitaba besar su mejilla, era muy adorable su esfuerzo por estar mejor. Llegué a su lado y pensé que iba a llegar lejos. Su teléfono móvil sonó justo al quedarme a la par de sus labios. Con un movimiento incómodo, se alejó para buscar el móvil.

-¿Hola? Pregunto.
Se quedo escuchando por un rato más.

-Estoy bien, mucho mejor y prefiero quedarme acá. Fruncía sus cejas.

-Muy bien, entonces pueden venir cuando quieran mamá, ya lo sabes... si... los quiero, adiós. Se quejó al retirar el móvil del oído.
-¿Sabías que mis padres ahora me tratan como adolescente?

-Comprendo que se preocupen por ti Camz, deberías...

-No quiero consejos, simplemente quiero espacio, Miami no me trae buenos recuerdos.
Observe el trabajo que había estado haciendo, todo estaba ordenado y quería hablar con ella lejos de la habitación.

-Vámonos, tal vez quieras hablar mientras tomamos la cena. Asintió y espere unos momentos a que colocará su chaqueta.
Una vez en la acera fuera del edificio y con intención de buscar mi auto ella me detuvo.

-¿Recuerdas la primera noche que caminamos para cenar?
Asentí. -Quiero ir ahí ¿Te parece caminar?
Con un poco de fresco por la calle, caminé a su lado en silencio, esperaba a que ella tomara algún tema de conversación. La miré,demasiado y quizá por eso ahora sonreía misteriosa.

-Te gusta mirar cierto ¿No?
Preguntó divertida. Yo prácticamente sonreí atontada.

-Si, bastante, me gusta mirarte quiero decir. Corregí y  sentí las mejillas calientes.

-Si ya me di cuenta que te gusta mirarme a mi y no al frente. No comprendí su respuesta pero no faltó mucho, yo con una sonrisa tonta golpeando la mitad de mi cara contra una farola en la calle. Debió divertirle mucho por que no paró de reír en todo el camino.

-Debes admitir lo divertido que fue, eso te pasa por tratar de coquetear conmigo.
Fingí estar enfadada.
Me guío hasta una mesa en el fondo del sitio, parecía el mejor lugar para platicar y mirar por la ventana, el lugar seguía igual que siempre, ordenamos pizza y por fin la miré. Estaba pensativa ahora.

-No regreses ahí Camz. Le pedí. Ella asintió confundida y me miró.

-¿Tu? ¿Haz pensado en tener hijos? Abrí mis ojos de golpe.
No sería un muy buen tema de conversación. -Venga contesta. Me presionó.

-Antes yo...si no aparecías tu con el brazo roto en fin de año, no tenía intenciones de comprometerme, ya sabes después de Jade, no lo consideraba dentro de mis planes, pero luego estaba casada contigo.

-No es lo que pregunté. Susurró molesta.
Pedí un poco de vino y me serví. No había respondido con sus expectativas.
-Además, te encanta mencionarla todo el tiempo.

-Es mi amiga y bueno no niego que haya tenido que ver con ella años atrás, yo, bueno además de casarme no tenia planes para formar una familia.

-Muy bien. Sostuvo el vaso con agua que pidió. Bebió y no dijo nada más.
Llegó un momento en que deseé que dejará su mente en paz, me arriesgué a tomar su mano con cariño.

-Camz ¿Tu quieres estar conmigo ahora?
Me miró sospechosa.

-Eres muy lista Jauregui, pero no quiero ir rápido en esta ocasión...

-Y yo estoy de acuerdo con eso. La interrumpí para decírselo.

-Podemos simplemente pasar más tiempo juntas y pensar luego. Asentí, salí de mi silla para besar su mejilla.
La pizza llegó a nuestra mesa y comimos en silencio. La miré. En realidad no podía dejar de hacerlo. Estaba convencida de conquistar cada parte de su corazón.

Novia fugitiva Donde viven las historias. Descúbrelo ahora