Nuestro tiempo

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25 de Febrero 2017
Miami

Lauren

Respirar ese lindo aroma era demasiado para mí. Sentir a Camila dormir a mi lado me encantaba, podía acariciar su piel cada que quería, sujetar su cintura y respirar contra su cuello. En plena madrugada ahí estaba yo. Sonriendo como tonta en la oscuridad. Pero no podía hacer algo más. Era un gran placer pasar ese tiempo con ella.
Mirarla dormir y despertar junto a mí.
Respiré profundo. Me fué inevitable soltar un suspiro. Ella se quejó entre sueños. Después de la cena de esa noche no lo soporté más y quise tenerla sólo para mi, así como un matrimonio normal, nos fuimos a la habitación. Mis padres sonrieron complacidos. Camila tenía esa habilidad de ganarse a las personas sin esfuerzo, así que mis padres a estás alturas la amaban. Se llevarían una decepción cuando se enteraran que ella y yo no estábamos juntas más. A menos que Camila eligiera estar conmigo.
Tomé su mejilla con cuidado y besé su nariz. Sonrió en su estado. Era bastante tierna.
En ese momento mi móvil comenzó a sonar en alguna parte del dormitorio. ¿Quien diablos hablaba a esta hora? Sin despertarla salí de la cama. Encontré el aparato sobre la mesa cerca de la puerta.
Miré la pantalla sin reconocer el contacto.
Contesté para evitar que sonará más y despertará a Camz.

-Hola. Saludé. Una risita conocida se escuchó por el móvil.

-Hola Lauren ¿Cómo estás?
Fué extraño escuchar su voz a esta hora. Mucho más por el tiempo que llevábamos de no hablar.

-No es una buena hora para saludar. Le dije un poco incómoda. Ella rió.

-Venga, solo pasaba el tiempo y me acordé de ti ¿Estás en tu departamento?
Caminé por la habitación hasta la puerta de la terraza. Al salir el ruido del mar me invadió. Seguramente ella también lo había escuchado. Sentí la humedad del ambiente.

-No estoy ahí.

-Que lástima, pensé que podría visitarte. No entendía cuál era el fin de todo eso hasta que comenzó a hacerme preguntas. Era bastante claro lo que quería.
Me estremecí. Su respiración era algo agitada.
No era fácil olvidar esas noches junto a ella. Tal vez nuestra relación no había sido tan estable, pero olvidar el sexo con Jade era imposible.
Nuestra relación y nuestro tiempo se resumían a esa gran conexión en la cama y al terminar había sido lo único que extrañé. Sabía que ese grado de satisfacción no lo iba a tener con alguien más.
Aún con Camz era diferente, eso era mucho más íntimo. Con Jade era diferente, llena de erotismo y sensaciones acaloradas. Aclaré mi garganta. Ella lo había notado.

-¿Así que también lo quieres? Preguntó burlona.

-No es un buen momento Jade.

-No, supongo que no, pero sabemos que tarde o temprano va a suceder.

-Te fuiste. Le dije claramente. Ella dejó de sonar divertida.

-Tu me dejaste ir. Respondió con una clase de reclamó en un mayor grado que el mío. No podía mantener esa conversación ahora con ella. Mucho menos por teléfono.

-Jade. La nombré. -No podemos.

-Lauren, claro que podemos, no hay nada que me detenga y tú tampoco ¿O sí?

Me senté en una banca y miré hacia el mar. ¿porqué hablaba ahora? Cuando estaba a la mujer que quería en mi habitación. Cerré los ojos y recordé todo el suceso de la tarde. Estaba callendo por ella.

-Mira Jade, estoy con alguien y no quiero...

-Te daré el tiempo necesario para pensarlo, luego nos veremos cariño. Dijo con voz melosa. -¿Quieres?

-Esta bien, hablaremos pronto entonces. Respondí sin pensarlo mucho, deseaba contar la llamada y volver a la cama dónde estaba Camz durmiendo.

-Un beso. Ella cortó. Yo me recargué sobre la banca.

No podía dejarme llevar por el miedo que sentía al pensar que Camila me dejaría, las horas estaban contadas y yo era algo cobarde. Sentí una vez más la brisa, se estaba acabando la paz en mi.

🤭

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