La cama parte 2

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...
Lauren

-Mmmm si, los acompañó a la entrada...a recepción. Abrí la puerta para salir pero regresé cuando ellos no hicieron ni el intento. Alejandro me miraba y Sinu evitaba soltar una risa.

-¿Como que si? Preguntó serio. Bien podría ser el momento para correr y abandonar el vehículo. O era mejor mentir.

-Pues que es mi amiga, me interesa que ella este bien y...

-Es suficiente. Dijo Alejandro y con una sonrisa satisfecha salió del auto. Una vez en la acera los tres, nos despedimos. No entendía que mierda había pasado.
-Muchas gracias Lauren, espero no molestar con tus planes esta noche. Mis nervios estaban a tope después de eso. Le di un último saludo con mi mano toda sudaba y finalmente un beso en la mejilla de Sinu.

-Un gusto saludarlos, pasen buena noche. Dije y me apresuré al auto.

-Igualmente,mandas saludos a Mila. Asentí torpe y arranqué el auto a punto de explotar. Aceleré y me estacioné de golpe en una esquina para respirar. Había sido un desastre. ¿Como que salude a Mila? Habían acabado de verla y...o Dios mío. Cubrí mis labios necesitaba hablar urgentemente con Camz.

Llegué al departamento y toqué con desesperación. Dinah abrió sorprendida.

-¿Pero que te pasa?¿Estas loca? Gritó cuando la empujé para entrar.
Camz venía a la puerta con una pequeña maleta y sonriendo. Pero cambió cuando miró mi pánico tal vez.

-¿Que pasa?¿Salió tan mal? Dime! Exigió.

-Creo que sospechan, no se que voy a hacer, seguramente ahora esta hablando con papá y...le dirá que estuvimos casadas, dios...

-Oye trata de calmarte cariño. Negué y me dejé caer en el sofá. Dinah estaba muerta de risa. -¿Por que estas tan nerviosa?
Camz era tan importante para mi que no quería que algo como una mala relación con sus padres arruinará todo. Tomé su mano y besé el dorso. Sus cortas caricias en el cabello me estaban calmando.

-Vámonos ¿Si? Ya pensáremos que hacer mañana. La seguía como un robot, ayude con su maleta hasta subir al auto y partimos.
Durante todo el camino mis manos temblaron y no dejaba de pensar en todos lo escenarios en los que evitaban que Camila estuviera conmigo o que su madre tal vez me culpara por la mayoría de cosas malas que había pasado su hija. Yo tenía en gran parte algo que ver. Estaba preocupada. Durante los semáforos Camz trató de calmarme, beso mi mejilla y tomó mi hombro. Estaba sumida en un montón de posibilidades.
Llegamos, abrí la puerta de la casa y me sorprendí al sentir su cuerpo pegado al mío. Luego sus labios y finalmente su cuerpo desnudo. La desesperación iba desapareciendo. Yo ya estaba en la cama con poca ropa y Camz besando mi cuello. Tomé su cintura como respuesta.

-Te prometo que independientemente a lo que pase mañana, no te arrepentirás de esta noche ni de nada, Lolo, yo no me alejaré de ti por lo que digan mis padres o los tuyos ¿Tenemos muy claro lo que queremos, no?
Asentí y la miré a los ojos, ya no tenía dudas. Sentía esa conexión directo a su pecho, ese sentido de pertenencia y de pronto estaba haciendo el amor con ella, como tantas veces había pedido en esos días. Camz depositaba poco a poco la confianza que había perdido en ella misma, en el resto del mundo,y en mi.
La tumbe en mi turno sobre las sábanas. Recorrí con besos cada parte de piel a la que pude acceder. Baje por sus pechos y seguía hasta su ombligo, pequeño y redondo, su piel morena estaba suave y realmente mojada. La luz tenue de la habitación daba la mejor escena, su cabello despeinado, labios hinchados y un pecho acelerado por las respiraciones.
Yo termine de quitarme la ropa y gemí al sentirla por completo en mi. Comprimí nuestros cuerpos de manera posesiva, esta mujer era mía si o si.

-Quiero estar así contigo todas las noches. Susurré cuando llegué a su área más sensible. Húmeda y preparada para lo que viniera. Logre meterme entre sus piernas y las acomodé a los lados. Mis labios jugaron en la piel de sus muslos, buscando ese gemido que me debía. Si.
Ella lo soltó finalmente y cuando tuve noción, noté que se había movido para que comenzara. Pegó su cadera a mis labios y sin detenerse buscó el mayor contacto.

-Si, Lauren, te quiero justo ahí. Encontré su clítoris con mi lengua y lo acaricie. Gritó con fuerza.
Era como tener un caramelo, recorrí su entrada con mucha devoción no quería que olvidara esto. Tomé sus pequeños pechos con mis manos y los sacudí. Encontré a tientas sus botones rozados y me quedé ahí. Ella trataba de controlar lo que iba a estallar. Prolongue las caricias y luego alcanzó la cima. Con un gritó suave y estiró mi cabello.
-Te amo Lauren, no imaginas cuanto. Mi trabajo estaba hecho. Subí hasta su pecho y ahí me quede.

-Deja me recupero cariño. Susurró otra vez y reí.
Minutos después de su respiración cansada se movió por encima de mí. Había comenzado un leve movimiento con su cadera pegada a mi abdomen. Era mala. Sonrió y besó mis labios en un ataque duro. Sentí su lengua buscar dentro de mi boca cada rincón. Gemí.

-Te amo Camila, te amo tanto, preciosa.
Sonrió como niña pequeña y siguió jugando con sus manos en mis pechos. De pronto la tenía con sus labios en mi entrada, reí. La muy condenada había hecho el 69 perfecto, estaba tan excitada, que no supe cuantas horas habían pasado mientras la pasamos así.
Cuando terminamos las dos juntas ella llego para recostarse sobre mi.

-Se suponía que no tenias experiencia en esto. Le dije. Su risa divertida se quedó sobre mi pecho.

-Solo hice lo que siempre quise, tu sabes, la imaginación humana es lo mejor.

La habitación y la cama se sentían como nuestras ahora y todas las preocupaciones anteriores estaban olvidadas.

-Antes de que te duermas debes saber que quiero desayuno en la cama. Sentenció antes de besarme con ternura y quedarse dormida en mi pecho.

Novia fugitiva Donde viven las historias. Descúbrelo ahora