Llamada

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19 de Julio 2018

New York
Camila

Me había cansado de tontear por esa calle, entre a una tienda de ropa con buenas ofertas y luego a una tienda de antigüedades, todo con la esperanza de que Lauren se hubiera sentido lo mas humillada posible y me dejara en paz por este día.
Me perdí un poco al recordar como me había besado. Para ella todo había sido realmente tranquilo pero me había atacado en sentido literal sus labios estaban un poco desesperados y yo demasiado nerviosa. No quería sentir más de lo necesario. Debía alejarme de Lauren y de su trampa color verde.

Sostuve un libro parecía interesante, decidí hojearlo para buscar algún tema de interés. Al menos si entraba a la librería debía sacar algo de provecho.
Me sumergí un poco en la historia del autor hasta que una mano pálida tomó el objeto de mi.

-Muy gracioso Camila, pero ya fue suficiente, para tu mala suerte ya me asegure de que ese policía se marcho.
La empuje levemente y volví a tomar el libro.

-Oye estaba leyendo. Me quejé en voz baja y caminé a la caja, Lauren no me siguió. Ella había caminado hacía la puerta del establecimiento. Solo esperando. Cuando llegué a la caja un chico amable cobró el libro y me guiñó.

-Ten cuidado con lo que haces niño. Lauren le riñó de inmediato lo cual me hizo tensarme más. El chico sin que decir, se resigno a disculparse por nada y nos dió la espalda.

-Estas de un humor que nadie te soporta Lauren.

-Tu me pones así. Tomó mi mano y me hizo salir a prisa. El auto estaba aparcado frente a la tienda, se encargó de hacerme subir.
Los viajes con nosotras dos a bordo siempre eran silenciosos. Esta vez ni siquiera puso música.
Mi móvil interrumpió el terrible silencio. Diablos era mi madre. Contesté apenas.

-Hola mamá.

-Cariño nos tenías preocupados ¿Donde te has metido últimamente? Nunca estás cuando hablamos al departamento de Dinah. Decía por el auricular.

-Lo siento. Me disculpé sin realmente sentirlo. Lo menos que necesitaba era tenerlos tras de mi todo el tiempo.
-Me he ocupado... en realidad tengo un trabajo ahora, es sólo por un tiempo.

-Wow me da gusto cariño, eso debe ayudarte bastante, cuéntame esta cerca del departamento ¿Estas en un auto?
Carraspeé incómoda y gané la atención de Lauren. Ahora se esta desviando hacia la otra avenida. Dios, sentía que faltaba mucho para dejar de verla. Quería llegar ya y hablar con mamá. En un ambiente neutral.

-Si, acabo salir de la entrevista y...

-¿Vas con Dinah?

-No. Dios. Mi madre tenía idea de Lauren y por supuesto me negaba a mencionar su nombre de nuevo. A ella le gustaba cotillear en mi vida siempre que podía. No quería que conocieran esa parte de la historia. Por supuesto trágica, era solo una parte de todo el lío que me envolvía.

-No, es una amiga, vecina.
Lauren me observo perdiendo por un momento el control del auto. Se escucharon las quejas de varios autos tras nosotras. Levantó una de sus cejas y gruñó bajo.

-A muy bien, me da gusto también que conozcas personas eso te ayudará bastante ¿Las pesadillas? Espero que ya no las tengas.
Recordé la que había tenido recientemente.

- Son menos frecuentes.

-¿Cual es el nombre de tu amiga?
Dios, tenía que salir con eso.

-Se llama Lauren. Decidí ser honesta solo con su nombre.

-Vaya, espero conocerla luego, tu padre y yo pensamos visitarte pronto, dar un paseo por la ciudad y asegurarnos de que estes bien ahí.

-Lo estoy, Dinah me ayuda demasiado. Dije segura, por supuesto su visita no era algo que deseará.

-Ok, bueno cariño, hablaremos en otro momento.
Colgué después de despedirme de ella y fue difícil respirar en un ambiente tan tenso. Lauren estaba molesta, demasiado como para poder mirarla.

Novia fugitiva Donde viven las historias. Descúbrelo ahora