La prueba

5.5K 373 29
                                    

20 de Enero 2017
New York

Lauren

Estaba sintiéndome un poco mejor. Este día. Había hecho una rutina de ejercicio en la mañana. Eso me ayudaba a distraer mi mente. Además el parque cercano al departamento de Ally era lo suficiente para mi. Tenía meses sin salir a correr. Despues de ese pésimo fin de semana. Decidí cambiar mi aburrida vida y tomar otras actividades. Además de golpear mi cabeza con la pared y ser una perra con todos.
Sonreí a mi secretaria y entré a mi oficina. Tenía dos casos muy interesantes para solucionar. Al menos me mantenía concentrada en ello. 

-¿Jauregui? Su madre habló hoy cinco veces, el último es un mensaje de voz nada amable.
Mi secretaria me comunicó antes de dejarme entrar a la oficina.
Dios, mi madre. Cómo lo supuse mi papá había soltado la sopa y como yo llevaba con el móvil fuera de servicio no tenía ánimo de hablar con alguien externo.
Sabía qué debía atender.

-Gracias, yo me comunico. Le guiñé. Pensaba que no lo haría.
Que la abuela estuviera mal me rondaba en la cabeza.

Acomodé mis cosas y tomé el teléfono, presione el mensaje de voz pendiente.

-Lauren Michelle Jáuregui, espero que estés viva en éste momento por qué yo misma te voy a matar, tengo más de cinco días tratando de hablar contigo, por Normani me enteré que estás sana y salva, habla de una vez antes de que pase lo inevitable, necesitamos hablar algo muy importante, sabés a que me refiero.
La voz por fin se cortó. ¿Como les iba a explicar que ya no estaba casada? Bien mi plan no era tan malo. Seguiría con esa pésima historia entre ella y yo, pasados unos meses les contaría que todo había terminado así como había comenzado. No estaba tan lejos de la realidad.
Preparé mi café y en eso me concentré, llamaría al final del día. Usé el tiempo tan bien que a la hora de comida solo pedí una pizza. Comí por 20 minutos y retomé el trabajo.

Cuando se dieron las 7 de la tarde había acabado la mayor parte así que tomé el teléfono.
Que dios me ayudará a sobrevivir.
Marqué.

-Hola ¿Quien habla?
Era Taylor.

-Hola cariño.

-¡Lolo! ¿cómo estás?
Dijo estusiasmada cómo siempre.

-Bien Tay, sólo con un poco más de trabajo.
Intenté justificarme. Sabía que estaban molestos por faltar a mi palabra y no viajar a Miami una semana antes.

-Supongo qué fue eso ¿Cómo está Camila?
Mierda. Mi corazón dolió como un golpe en la cara. Me recargué en la silla y busqué otro punto para concentrarme. Deseaba que nadie volviera a nombrarla. Pero era imposible. Sabía que su nombre estaría hasta en mis sueños por un largo, muy largo tiempo.

-Ella esta bien supongo. Dije seria. -¿Puedes comunicarme a mamá?

-O si, manda saludos a Camila de mi parte.
Aclaré la garganta. De un momento a otro era mi madre quien atendía.

-Lauren Michelle, no sabes que tan molesta estoy contigo, desapareces por días y luego...

-Lo siento, es sólo que estoy más ocupada.

-Eso supuse ¿Como es que te casaste y no lo dijiste? No puedo creerlo aún, me ocultaste algo así, a mi que soy tu madre ¿Quieres que te diga cuántas horas estuve de parto?
Siempre con lo mismo, decía eso y todos sabíamos qué el parto había sido rápido.

-Mamá... Es sólo que fue una decisión apresurada, y pensé que ustedes se enfadarían.

-Esa excusa no me es suficiente.

Novia fugitiva Donde viven las historias. Descúbrelo ahora