La cama

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Camila

Intenté abrir el abrigo de Lauren, si, hasta estas alturas tenía que entorpecerme. Ella movía sus manos sobre mi cuerpo de una manera tan ansiosa que me impedía separarme para que ver como se abría su ropa. Gruñí y ella se detuvo.

-¿Que pasa? Beso mis labios otra vez.

-Debes calmarte un poco, no es como si fuera escapar. Lauren rió.

-Mas vale prevenir, he esperado esto desde hace semanas. Sujetó mi cintura con fuerza y me llevó a la cama. Dejándome caer divertida. -Yo me encargo de la ropa de ambas.
Subió sobre mi sin pensar y nuevamente tomó mis labios.
Había quitado mis jeans de un movimiento y tratando de sacar mi blusa por la cabeza perdió un poco de tiempo. Cuando al fin estuve en solo ropa interior se lanzo de nuevo a mi.

-Bien. Besó mi abdomen bastante entusiasmada guiando bien sus caricias. Iba a tocar un poco más abajo cuando sonó mi móvil.
-Mierda ¿Ahora que?
Gritó molesta. Yo quería sólo observar de quién se trataba pero me lo impedía.

-Solo me aseguró que no sea importante y vuelvo.
Negó y volvió a besarme de forma intensa yo la detuve como pude e insistí. -Lolo. Reclamé. Gruñó enfadada y dejó caer todo su peso sobre mi. -Déjame, solo un minuto. Sus besos fueron a mi cuello. Pero el móvil no dejaba de sonar. Dios. Esta vez la empujé con fuerza y no le quedó más que quitarse de encima mío.

-Quien sea, me las va a pagar. Busque en el piso mis jeans y tomé el móvil. Era Dinah y ya había insistido bastante. Timbró de nuevo.

-Dios, por fin contestas, Camila esto no es simulacro, tus padres están en el departamento y ahora te quieren ver, ni siquiera se que decirles, debes venir.
Abrí mis ojos sorprendida, Lauren se acercó para saber que pasaba. Colgué después de decirle a Dinah que no tardaría.

-¿Ahora que? Preguntó malhumorada.

-Pues tenemos que irnos.

-¿Que? Se exaltó, mientras yo tomaba mi ropa del piso y la coloqué. -Por favor cariño, debes estar bromeando.

Yo también moría por que pasará esto pero mis padres deberían estar preguntándose donde estaba si no era en el trabajo. Dios. Como iba a presentar a Lauren con ellos o como, por un segundo pasó por mi cabeza mentir un poco y decirle a Lauren algo para que se quedará en el departamento. Su cara de enfado me hizo replantearme.
-¿Y?
Aclaré mi garganta preocupada.

-Pasa Lauren que mis padres están en la ciudad.
Sus mejillas perdieron color, y eso que estaban exageradamente enrojecidas por los minutos previos a la llamada. Mi miró con duda y me dejó pasar hacía la puerta.
Aunque continuó tras de mi supe que se detendría.

-¿Yo debo? Acompañarte. Hizo una aclaración en medio de una pregunta. Creo que esta era Lauren nerviosa. Sonreí poco pero finalmente la miré.

-Ammm...si tu quieres.

-Tu madre piensa que soy tu vecina Camz, quizás no deba conocerlos hoy o...
No sabía si ella tenía razón o yo. En realidad quería que fuera, así el golpe de información no sería tan cruel cuando le contará a mis padres que salía con una chica, que iba a vivir con ella. Primero debían tratarla, conocerla y que tuvieran confianza en ella. Luego les contaría, por que quería hacerlo. Me gustaba decir la verdad desde hace meses. Las mentiras jamás habían sido mis amigas y vivir con la sombra de un matrimonio en las vegas y una ex esposa que amaba ahora, me hacían querer mejorar mi situación. Había hablado con mi terapeuta un par de veces. Debía decir la verdad para superar esas partes.

-A no, tu te vienes conmigo Lolo, ni creas que vas a liberarte del cuestionario de tus suegros.
Abrió demasiado sus lindos ojos verdes y comenzó a titubear.

-Dios, debes estar jugando no puedo conocerlos y soltarles todo de golpe, además soy pésima formando relaciones con las familias de mis ex novias.
Me sorprendí por escuchar eso. ¿Así que eran muchas? La miré mal.
-Bueno Camz tranquila, no fueron tantas pero los últimos si que me intimidaban, ya sabes el asunto con Jade no terminó tan bien.

-Con mis padres debe ser diferente ¿Ok?
La seguía mirando mal así que sólo le quedo obedecerme y seguirme. Tomó mi mano y nos llevó a la puerta. Sentía el sudor excesivo en su manos y miré una cara tan tensa, el momento caliente de ese rato estaba olvidado. Ella seguía muy pensativa.
Y ni se diga durante el camino. No habló nada. Yo sonreí, cuando estaba nerviosa era muy linda.

Subimos al departamento de Dinah en silencio y antes de entrar soltó mi mano para luego besar mi mejilla, solo iba a seguir la información que ya había dado. Igual la iban a conocer como la vecina, dentro de un tiempo les podría explicar que me enamoré y...
Entramos y ella conmigo detrás.
Mis padres se levantaron del sofá rápidamente y sentí los brazos de mi madre apretarme.

-Cariño, te ves tan bien ahora. Acarició mis mejillas hasta que se cansó y dejó que abrazara a papá. Si que necesitaba su abrazo. Cuando finalmente perdieron un poco de atención en mi, miramos que Lolo y Dinah estaban también ahí. La mirada de Lolo me asustó un poco.
La voz de mi padre fue lo siguiente que escuché.

-¿Lauren?
Con confusión miré que mi padre saludaba a Lolo como si se conocieran. O Dios mío. Se conocían.

-Alejandro...¿Camila es tu hija?

Novia fugitiva Donde viven las historias. Descúbrelo ahora