Con mis ojos

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14 de julio 2017
Lauren

New York

Termine todo el trabajo muy rápido y espero a que Normani apareciera con su sonrisa perfecta en mi oficina. Sin duda una semana pesada y terrible en todos los aspectos. Merecía un poco de diversión.
Con Dinah solo hable dos noches, me comentaba poco sobre Camila, nada nuevo. Ella seguía sumida en sus propios pensamientos y la escuchaba llorar por las noches. Yo no podía hacer nada.
Terminé rompiendo eso en mi mente y me preparé para una larga noche llena de alcohol y buena música. Necesitaba relajarme y pensar en algo más que no fuera la castaña con la mirada triste.
El primer trago lo hice pensando en ella. Fue en mi oficina antes de salir con Normani hacía algún bar.

Amore. Era el nombre del antro bar donde entramos junto con otros amigos. Al llegar ellos ya estaban pasados un poco de copas y Normani con su obsesión por embriagarme a muerte quiso ponernos a su nivel. Después de un rato estaba ebria y bailando música latina con una amiga, bailaba demasiado bien como para evitar pegarme a ella y bailar de forma sensual.
El sudor y el ambiente demasiado caliente me recordaba muchas cosas.
Las imágenes sobre esa tarde mágica en la cascada con Camila era mi perdición. Dios mío necesitaba besarla de nuevo y tocarla para sentirme mejor. Con torpeza evite un nuevo paso de baile y nos guíe a la mesa. Tomé un trago largo de la bebida extraña que Normani compró para mi. Enfoque mi mirada en algo que pasaba cerca. La gente cotilleaba.

-Venga, y luego dicen que yo actúo mal al ponerme ebria. Se burlo una amiga. Tarde un poco en descubrir que pasaba.
Una chica había bebido demasiado e intentaba bailar sosteniéndose de otra chica.
Después de unos minutos Normani llegó a mi lado.

-Es Camila ¿No?
Que, ella no podría ser mi Camila, ella jamás bebía y... estaba con alguien más en un antro. Observe bien y Dios mío. Me levanté de golpe de la mesa y caminé bastante estable hasta donde estaba. Me sorprendía. De la nada ya no me sentía pasada de copas y deseaba sacar a Camila de ese lugar para asegurarme de que estaba bien.
Enfadada la arranque de los brazos torpes de la chica.

-¿Que haces con ella?
Camila se tambaleó hacia mí recargo su frente en mi hombro, decía algo que no entendía. Pero me enfoqué en averiguar qué trataba de hacer ese tipa con Camz. Tenía ganas de golpearla pero comprendí que era debido al alcohol. Me contuve y abracé a Camila contra mi. Estaba realmente borracha, la castaña estaba perdida.
Normani había aparecido a mi lado para tranquilizar la situación.

-Yo... intentaba contestar pero seguramente mi mirada la quería asesinar.

-¿Quien mierda eres? ¿Y por que estas con ella? Grité esta vez.

Sostuve la cabeza de Camila con mis manos y la hice mirarme.

-¿Estas bien mi pequeña?
Moría por tenerla así, poder tocarla sin que huyera de mi y yo no era tonta, en medio de todo ese drama intentaba sacar provecho y tocarla hasta cansarme, al menos para sostenerla de caerse. Luego de asegurarme de que solo estaba ebria fije mi mirada en la otra chica. Seguía sin decir nada y asustada.

-Contesta. Insistí.
Cuando logré concentrarme un poco más, su cara se me hizo conocida. Minutos después la reconocí, claro, era la chica de esa cafetería.
-Ya se quien eres.

-Tranquila, escucha, ella solo acepto salir conmigo ayer, yo no insistí mucho simplemente quería...

-Sabes que, sólo vete yo me encargaré de llevarla a casa.

-Pero...

-Vete de aquí, antes de que... ya se cual era tu plan, embriagarla y abusar de ella pero hoy no sucederá ni mañana, solo vete de aquí. Dije entre dientes. Asustada la chica huyo y concentre mi atención por completo en Camila. La abracé hacía mi con fuerza y besé su frente.

-Cariño, vamos a llevarte a con Dinah. Negó. E intentó mirarme fijamente. Abrió sus ojos de golpe e intentó huir de forma torpe. -Suéltame Lauren. Después de varios intentos de huida se canso de luchar y nuevamente se recargó en mi.

-Tenemos que sacarla de aquí, ya le dije a los chicos que nos vamos. Maní contó ", asentí y con esfuerzo llevé a Camila a la salida. Se encogió más al sentir el ambiente un poco fresco. Por fin pude mirarla sin tanta oscuridad. Llevaba un vestido corto y un maquillaje ligero. Tenía sus ojos cerrados y esos labios carnosos entre abiertos. Respiraba con torpeza y su cuerpo estaba casi sin fuerza.

-¿Ya te dije que te odio?
Pregunto de pronto y con palabras entrecortadas.

-Varias veces si. Normani estaba cerca buscando un taxi para irnos. Ninguna podría conducir en este estado. Mi auto tendría que quedarse ahí abandonado toda la noche.

-¿A donde vamos? No quiero ir contigo.

-No puedes decidir por ti misma ahora. Respondí comenzando a enfadarme. Donde mierda estaba Dinah y por que no la había cuidado.

-Claro que puedo, suéltame. Se sacudió y casi se cae. Logre apretarla contra mi otra vez.

-Ya, te llevaré a con Dinah ahora y me...
Me sorprendió, había tomado mi cabeza entre sus manos y me hizo mirarla. Sus ojos estudiaron los míos, luchaba demasiado por mantenerlos abiertos.

-¿Crees que mi bebé nazca con tus ojos? Seria muy lindo. Dijo pensativa.
Quería sonreír en ese momento y decirle que si, pero me dolió en el alma que incluso en ese estado pensará en su bebé, más cuando no había rastro de él en ella. La abracé y luché por contener las lágrimas.

-No creo que sea posible cariño. Bese su frente, rodó una lágrima en mi mejilla y quise sanarla de todo mágicamente.

-¿Por que no? Tuvimos sexo varias veces. Reclamó otra vez e intentó huir. Entre lágrimas solté una risa. Vaya teoría que se cargaba sobre nuestro historial sexual.

-Listo, aquí viene el taxi, ¿Esta bien?

-Eso creo Mani. Con ayuda de mi amiga pudimos entrar al auto las tres. Viajamos en silencio hacía él apartamento más cercano, de Normani. No pregunte nada y pensé que también era la mejor opción. Camila se abrazó a mientras estuvo consciente. Avisar a Dinah aunque no se lo mereciera que Camila estaba conmigo o dejarla vivir con la angustia toda la noche. Camz se durmió en el camino, al llegar al pequeño edificio Normani me ayudó a cargarla en mis brazos y llevarla hasta el apartamento. El primer sitio que miré para acostarla fue el sofá pero con señas Normani me indico la recámara, una vez la dejé en la cama hablé.

-Me duele demasiado verla así.

-Ya lo sé, debes de cuidarla. Dijo Normani quitándose los tacones y buscando una almohada.

-Si ella me dejará créeme que lo haría. Asintió con comprensión.

-Voy a dormir en el sofá, tu quédate con ella. Asentí y me senté a su lado en la cama demasiado cansada. Con torpeza quite su vestido para que durmiera más cómoda y sus zapatos los aventé por ahí. La metí bajó las sábanas.
Por horas la miré dormir como un ángel hasta que el cansancio me venció y me metí bajo las sábanas con demasiadas dudas, no sabía que iba a suceder por la mañana. La atraje contra mi y se acurrucó. Nos quedamos dormidas.

Novia fugitiva Donde viven las historias. Descúbrelo ahora