Consuelo

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19 de Julio 2017

New York
Lauren

Sus manos débilmente se aferraban a mi, no podía evitar seguir llorando. Perdí la noción del tiempo que llevábamos en el auto y ella sollozando.
Se estaba quedando dormida y mi pecho estaba húmedo por sus lágrimas.
-Tranquila Camz, estoy aquí, solo intenta calmarte un poco.
No se movió, no dijo nada. Soltó un suspiró profundo.
Me dolía demasiado verla así pero lo mejor era dejarla llorar todo lo que pudiera para luego convencerla de sonreír. Teníamos demasiado que decir y para eso ella necesitaba sacar todo lo que le hizo sufrir.
Pegue mi mejilla a la suya, quería sentirla. Susurré en su oído cuando parecía estar inconsolable.

-Te amo Camz. Dije finalmente. Ella se inclinó para verme a los ojos. Era un desastre. Acarició mi mejilla y luego me dió un beso en los labios. Tierno y suave, llenó de significado. Se recargó nuevamente en mi.

-Yo también...

-Shhh...esta bien Camz, déjame cuidarte. Asintió lentamente. Minutos después sentí que alguien tocaba en la ventana del auto.
Ella Dinah. Miraba curiosa la escena, para ese momento mi pequeña estaba completamente dormida, exhausta. Baje las ventanillas como pude.

-Hey ¿Que esta pasando? Dinah se acerco para hablarme. Me encogí de hombros. Me regalo una media sonrisa. Estaba oscureciendo y era el momento adecuado para subir al departamento de su amiga. Dinah me ayudó a salir del auto con Camila ajustada realmente a mi. Era tan delgada que no me costaba mucho levantarla y llevarla al departamento.

Durante todo el camino su amiga no dijo nada simplemente beso la mejilla de Camila un par de veces y limpió sus ojos. Era duro para quien sea que conociera a Camila verla de esa forma. Estaba realmente agotada de llorar y su respiración era pesada. Me aseguré de sujetarla bien una vez el elevador llego al piso adecuado. Caminamos hacia la puerta y mientras Dinah abría. Alguien empezó a quejarse.

-Shhh... esta bien, duerme.

-¿A donde me llevas? Pregunto con voz ronca y adormilada. Era demasiado tierna.

-Solo entramos al departamento Camz. Asintió con desgano y recargó su cabeza en mi hombro.
Al entrar Dinah me ayudó para llevarla arriba donde dormía. La dejé sobre la cama y nos quedamos a solas.

-Debo hacer algunas cosas, deberían bajar en un rato a cenar, convéncela ¿Si?
Asentí, aunque sabía que iba a ser algo demasiado difícil.
La miré dormir, luego me dió una crisis de ansiedad recordar el grado de tristeza que ella encerraba en su pequeño corazón. Estaba enfadada conmigo misma por no poder hacer nada cuando debía. Di vueltas caminando alrededor de la habitación. Necesitaba sujetarme a algo, beber o...

-Lauren. Se quejó. Casi corrí a la cama.

-¿Que pasa cariño? Le pregunté y retiré el mechón de cabello sobre sus mejillas.

-Tengo hambre. Sonreí, bien era un buen paso.

-Bajemos.

-No. Dijo. Eso me hizo confundirme.

-Quiero darme una ducha, debo lucir muy mal.
Con paciencia la ayudé a llegar al baño. Quite toda la ropa encima y encendí la ducha, aunque finalmente me decidí por llenar la tina. Necesitaba relajarse. Se sentó en el pequeño mueble que había ahí.

-Me siento agotada.
Dijo levemente. Yo llevé mi cuerpo hacía el suyo y la sujeté por las mejillas.

-Puedes estarlo, has llorado por horas y necesitas recuperarte, esto te va a ayudar. Aconseje. Esperaba que ella respondiera.

Novia fugitiva Donde viven las historias. Descúbrelo ahora