El bar estaba vacío algo raro por ser un horario que la mayoría venía a tomar, la agencia había elegido bien el punto de encuentro, no me sorprendió que nadie me tomara el pedido o viniera a preguntar ya que usualmente aquí venían la mayoría de las Kitten a recibir a sus clientes. Estoy de espaldas a la puerta negándome la visión para observar los sujetos que entran o salen pero no me importa, sería fácil notar a un señor en silla de ruedas.
Siento un suave tacto en mi espalda descubierta, instintivamente me giro, es lindo, no lo niego.
—Charles Xavier, un gusto— sería una perdida de tiempo decir mi nombre, ya lo sabía.
El pasa por mi lado y corre la silla, teníamos una hora para hablar. Comienza con las preguntas tribales, nombre, familia, porque escogí ese trabajo, mi edad real, si estudio, un poco de arte, discusión breve sobre política y ya se cumplió la hora.
—Sr. Xavier conozco un lugar hermoso donde podremos hablar...— con mi mano toco su pierna poniendo un poco de presión— en privado, sin distracciones.
El asiente un poco atontado. El se dirige a la salida con un movimiento de cabeza al barman, le indico que la cuenta está en nombre de la agencia, salimos de allí.
Era ya de noche, no muy iluminado pero lindo. Podía notar a millares si nerviosismo, ¿hace cuanto no tenía sexo? Ja, seguro era la primera en años.
Al llegar al hotel 4 estrellas donde la mayoría de las Kittens asistía el guardia me dejó pasar con una sonrisa.
—Escucha, hace mucho no tengo relaciones y no quiero estropearlo...—me me siento en sus piernas, con mi culo en su miembro.
—Shh señor, para eso estoy yo.
Dejo que avance en la silla y siento ya endurecido, me levanto para abrir la puerta y al instante me tiró encima de él.
Nos besamos con desesperación, el toca mi espalda necesitado, yo le sacó su camisa y toco su torso.
—Baila para mí— me ordena.
Me levanto y me doy vuelta, de a movimientos suaves tocando todo mi cuerpo me saco mi remera quedando en sujetador, el está en la cama, acostado mirándome deseoso.
Saco mi pantalón quedando ya en ropa interior.
—Ven aquí.
Me pongo en cuclillas sobre el, moviendo ligeramente mi pelvis, el saca mi sujetador y lo tira lejos, con sus manos pellizca mis pezones, inclino mi cabeza en respuesta, el saca sus manos y va bajando por mi estómago hasta mi clítoris, pero lo toca por encima de mi ropa interior, me agachó y lo beso, muerdo su labio inferior, de a poco voy bajando dejando un camino de beso, llegó a su pantalón, lo saco, su bóxer también, el tamaño esta bien, me gusta.
Con una mano comienzo a masajear, lo escupo para hacerlo mejor.
—Con la boca.
Acepto, dirijo mi boca a el y en el instante que hizo contacto, su mano toma mi pelo y lo empuja más profundo y más, no para pero me detengo para que su pene entre en mi vagina.
—Quiero que me folles como si fuera tu primera vez Lizbeth, hazlo ya.
Sin preámbulos dejo que su miembro descubra mi vagina, los movimientos son lentos el me toma por las caderas y aumenta los movimientos.
—¡Vamos, disfruta sola!
Me grita en orden, me excita aún más, coloco mis manos en su pecho y aumento los movimientos, mientras su lo hago rápido el me masturba de manera rápida y brusca.
—Vamos Lizbeth, tu puedes córrete por mi— a los instantes un escalofrío me recorre todo el cuerpo y me sumo en el orgasmo.
Igual dejo que el este dentro de mí para que se corra y lo hace.
—Mierdaaa Lizbeth.
Me bajo de el con dificultad, estoy cansada, un poco transpirada pero vale la pena. Me doy vuelta para recostarme en él, me abraza y noto si sonrisa.
—¿Hace cuanto no lo hacías?
—¿Si lo digo tendrías lástima por mi y lo haríamos otra vez?
—Sueña, Xavier.
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All the fucking love, Kalixx
