En el transcurso de varios días, se percibió la sorda melodía de una flauta, se escuchó de pronto en cada recoveco de la ciudad. Era profundo, tétrico y melancólico. Como lagrimas convertidas en una bella melodía. Se trataba de un verdadero fenómeno.
En Nueva Bitro, el propietario de una sastrería salió en la calle para escuchar con nitidez lo que ocurría, donde descubrió una figura masculina sentada encima del tejado de una casa contigua a la suya. Sobre sus labios permanecía una flauta negra, sostenida por sus dedos delicados, que se movían habilidosos sobre los orificios del instrumento.
Varias personas habían presenciado aquel hombre de belleza intimidante. Sin embargo, la melodía y el verdadero significado de esa presencia, todos esos detalles quedaban reducidas a simples impresiones efímeras. Lo que empujaba a la gente a detenerse a su paso eran sus ojos. Esos ojos de color dorado, rodeadas por pestañas espesas y negras, que convertían sus iris dorados en haces de luz. Eran puros y brillantes, cautivadores y de una belleza amarga; pero les faltaba algo. Tal vez humanidad.
—Desapareció ante mis ojos —aseguró un anciano que había contemplado al hombre desde la ventana de su cuarto.
Lo mismo había sucedido en oscuros y solitarios callejones dentro de la ciudad de Grigor: desde colonias aledañas hasta las cercanías del centro de la capital, y por qué no, en la capital misma.
Un atractivo hombre con la sombra distorsionada aparecía por las noches con una flauta, para desaparecer a continuación tan pronto era visto, dejando atrás ráfagas de viento helado producidas por el movimiento de unas alas invisibles.
Una muchacha con una belleza arrebatadora percibió en la lejanía una figura masculina que la miró por unos instantes y, tal como los rumores indicaban, pronto desapareció sin dejar rastro.
Pero a diferencia de la habladuría de la gente, a ella le pareció que la criatura estaba en una situación lamentable: su alma atormentada no paraba de llorar y sufrir, su música nostálgica que se escuchaba por las noches era prueba fehaciente de su rara e inconcebible impresión momentánea. Unos segundos bastó para que ella notara el desprecio y el sufrimiento de aquel hombre hacia... ¿la humanidad?
No. Algo más íntimo... hacía ella.
¡Qué loco!
—Un demonio —murmuró ella saboreando un extraño dolor instalarse en su pecho.
Y no estaba muy equivocada.
CONTINUARÁ
¡Muy pronto la precuela!
Atentos a mi perfil <3
GRACIAS POR LLEGAR HASTA AQUÍ. Gracias por leerme <3
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Cuando los demonios lloran
ParanormalAl lado de Steven Shelton, Herón se convierte en una criatura indefensa y solitaria; pero para el mundo, es un monstruo cruel y despiadado. ¿Qué podría salir mal? ...