Capítulo 32: Día de reyes.

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4 de enero del 2019, eran las 05:00 am.

Taylor y yo estábamos en el avión de camino a LA para celebrar el día de reyes con sus padres. Es verdad que ahí no se celebra, pero ellos iban ha hacerlo, por mí.

Una vez en tierra me sentí muy mareada. Corriendo busqué un baño en ese inmenso aeropuerto y una vez encontrado no pude hacer otra cosa que vomitar.

-¿Mejor?-me preguntó preocupado cuando salí.

-Sí, creo que sí-sonreí para tranquilizarlo.

Cogimos las maletas y nos fuimos hasta la casa de sus padres.

-Hola mamá, hola papá-saludó Taylor.

-¡Taylor!-exclamaron los padres.

-Hola Deborah, Dan-saludé yo.

-¡Noemí!, pero cuánto tiempo-dijo Dan dándome un muy fuerte abrazo.

-Pero pasad, no os quedéis ahí-dijo Deborah-Estábamos desayunando, ¿queréis acompañarnos?-añadió de camino a la cocina.

-¡Claro!-exclamó Taylor-estoy hambriento.

En la cocina nos encontramos con Makena.

-¡Makena!-exclamamos entonces Taylor y yo yendo corriendo a abrazarla.

-¡Taylor! ¡Noemí! Cuánto os he echado de menos.

-Sentaos para desayunar-“ordenó” Deborah-he hecho tostadas-añadió con una sonrisa.

Una vez todos estuvimos sentados en la mesa, Deborah empezó a repartir las tostadas. Todos nos las comimos gustosos, estaban buenísimas.

Salí corriendo hacia el baño y de nuevo vomité, madre mía si que me había sentado mal el viaje.

De nuevo al salir me encontré con Taylor, pero esta vez acompañado de Deborah.

-¿Te has vuelto a marear pequeña?

-Sí, pero ya estoy bien. Seguro que han sido las horas de coche.

-¿Estas segura?-intervino Deborah.

-Claro-contesté.

Una vez todo “aclarado” nos fuimos los tres al comedor, donde se encontraban Dan y Makena.

-¡Noemí! ¿Estás bien?-preguntó Makena preocupada.

-Tranquila Makena, estoy bien.

-Menos mal que ya has estado aquí antes-me susurró Taylor al oído y tras esas palabras me besó la mejilla.

Reí.

-Sí, menos mal.

-Noemí-me llamó Deborah-¿te apetece comer algo?

-Ahora que lo dices estoy hambrienta-me sonrojé levemente.

-Por qué no vamos a la cocina y comes algo-propuso.

-Claro-dije siguiéndola.

Abrió la nevera y los ojos se me iluminaron. Salchichas, zumos, tostadas… Cogí un poco de todo y más.

-¿No tienes nada de chocolate?-pregunté una vez el festín se acabó.

-No, lo siento-empezaron a deslizarse lágrimas, ¿Por qué? Sólo había dicho que no había chocolate-pero no llores-pidió ella entonces.

Amor verdadero. (Taylor Lautner)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora