Capítulo 45: El parto. // Las primeras horas del bebé. // Visitas.

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Taylor miraba el reloj todo el tiempo. Los amigos famosos llegarían al día siguiente y mis mejores amigos ya habían pasado por aquí.

Estuve toda la noche despierta por culpa de las contracciones, eran las 10:05 am cuando llamamos al doctor.

-¿Qué ocurre?-preguntó el doctor al entrar.

-¡Contracciones cada 5 minutos, doctor!-exclamó nerviosísimo Taylor.

-¡Taylor relájate o en cuanto nuestra hija llegue al mundo me encargaré de que tú salgas de él!

-Te veo nerviosa.

-¡Usted cree!-grité-perdone, mi prometido me ha puesto de los nervios-dije al darme cuenta de lo que había hecho.

-No es nada, en padres primerizos esto es muy normal-sonrió el doctor.

Grité, de nuevo otra contracción.

-Vamos a ver-se asomó para ver si ya había dilatado los 10 centímetros estimados.

-¿Y bien?-se impacientó Taylor.

-El parto está a punto de empezar, nos la llevamos.

Enseguida me encontré en la sala de parto, dónde me llegó la siguiente contracción.

-Vale Noemí, ¡empuja!-dijo el doctor.

Tal y como lo había dicho empujé, dolía pero cuanto antes empezara antes acabaría.

-¡Vamos cariño, tú puedes!-seguí empujando-¡Un poco más!-siguió gritando y yo seguí a lo mío-¡Queda poco! ¡Te juro que si lo consigues podrás hacer de mí lo que quieras!

-¡Si sigues así lo único que querré hacer es matarte!-exclamé mientras seguía empujando.

-El último empujón-susurró el doctor.

Así lo hice.

-Mirad chicos-dijo el doctor enseñándonos a…

-¡Amanda!-exclamó a Taylor-Eres preciosa, te pareces un montón a tu madre.

-Mira Noemí-me la pasó.

-Hola pequeñina-le acaricié.

-Debemos llevarla para ver si está bien, arreglad a la madre y llevadla a la habitación para que descanse-ordenó el doctor.

Nada más llegar a la habitación me quedé dormida, estaba agotada.

A las dos horas desperté y vi a Taylor que observaba a nuestra hija la cual sostenía en brazos.

-¿Cuándo la trajeron?-pregunté medio dormida.

-Vaya, has despertado-sonrió-la trajeron hace media hora-contestó a mi pregunta.

Se acercó a mí y me la dio.

-Nuestra hija-la miré.

-Un regalo de la naturaleza.

-Vaya cariño, me has salido poeta-reí.

-De vez en cuando-sonrió-¿cómo te encuentras?

-Un poco mareada.

-Avisaré a la enfermera.

La enfermera llegó enseguida, Taylor cogió a Amanda en brazos y la enfermera miró mi estado.

-Que estés mareada es normal, ¿por qué no descansas un poco?

-Estoy bien, preferiría estar con mi bebé.

-Claro-Taylor me la volvió a dar-Un bebé recién nacido con salud está muy a gusto en los brazos de su madre. Volveré en un rato-dijo ya en la puerta.

Mi hija me miraba fijamente y después a su padre. De repente giró la cabeza hacia mi pecho.

-¿Quieres comer algo?

-Vaya, eres una glotona-rió Taylor al verla comer.

Una vez acabó se quedó dormida en mis brazos.

-Hola-saludaron mis padres.

-Sht-les dijimos Taylor y yo a la vez-la niña duerme-acabé yo mirando a mi pequeña.

-Es preciosa-comentó mi madre.

-Es la cosa más guapa que he visto nunca-secundó mi padre.

-Ya somos abuelos-sonrió mi madre.

-¿Quién me lo diría?-dijo mi padre.

Hablamos un rato más sobre bebés y otras cosas hasta que el cansancio ganó la batalla.

-Mamá, estoy un poco cansada, ¿por qué no hablamos en dos días, cuando vuelva a casa?

-Claro-contestó-vámonos papá.

-Adiós chicos.

-Adiós.

Por fin con tranquilidad conseguí dormirme, bueno casi, la niña empezó a llorar.

-¡A comer!-me hice la animada.

Tras la comida de mi pequeña por fin lo conseguí, me quedé dormida junto a mi niña.

Empecé a oír ruidos, susurros. No me quedó más remedio que abrir los ojos.

-¡Por fin despiertas! -exclamó Harry.

-Sht-le golpeó Patri.

-Hola chicos, ¿qué hacéis aquí?

-Bromeas, acabas de dar a luz-rió Irene.

-Y has tenido a una niña preciosa-la elogió Niall.

Hablamos con ellos durante un par de minutos, era agradable ahora que ya no estaba tan cansada. Finalmente la niña despertó, se los quedó mirando a todo atentamente.

 -Tiene los ojos color caramelo-comentó Kristen.

-Son preciosos-añadió Ashley.

-ELLA es preciosa-dijo Taylor.

Reímos.

 -¿Has visto Amanda cuantos amigos?

Mi hija me miró y yo le sonreí. Amanda volvió a mirar a la multitud y así estuvo la hora y media que estuvimos hablando.

-Creo que Amanda ya nos ha aguantado lo suficiente-dijo Elisabeth apenada al ver a mi pequeña llorar mientras yo intentaba tranquilizarla.

-Mejor vayámonos-secundó Nikki.

Así lo hicieron.

Tanto las visitas de los familiares como las de los amigos fueron agotadoras. Los padres de Taylor habían venido junto a Makena para ver a Amanda y ya que estaban en España conocer también a mis padres.

Amor verdadero. (Taylor Lautner)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora