Capítulo 44: Tranquila.

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“Haber Noemí, relájate. Acabas de leer que si al romper aguas el líquido es transparente tengo dos horas para ir al médico.”

Fui a la cocina y me bebí un vaso de agua, estaba a punto de despertar a Taylor cuando pensé que se pondría histérico, lo mejor era prepararse y luego ya le despertaría.

Me duché, me lavé los dientes, me vestí y preparé un gran bolso con todo lo necesario para estos días: camisón, pasta y cepillo de dientes, pañales, conjuntos para Amanda, chupete, el móvil, un conjunto para mí…

Ya estaba lista, ahora me tocaba despertar al padre. Me acerqué sigilosa a la cama le di palmaditas en el brazo.

-Taylor cariño, despierta.

-Mmm… ¿Qué ocurre?-preguntó medio dormido.

-Cariño, rompí aguas hace media hora.

-¿¡Qué!?-se levantó de golpe-¿Por qué no me has avisado antes?

-Tranquilo, todavía queda una hora y media para que empiece todo.

-¿Seguro?

-Seguro-sonreí.

-Voy a prepararme, dame 5 minutos.

-Te espero en el comedor.

A los 5 minutos estuvo a mi lado.

-¡Vámonos! No hay tiempo que perder.

Lo que yo decía histérico.

-Iré si te relajas. No quiero ponerme nerviosa.

-Está bien, lo siento-sonrió-¿vamos?

-Vamos.

Fuimos a por el coche y nos dirigimos al hospital.

Al llegar no atendieron enseguida y una vez en la habitación avisamos a familiares y amigos.

El doctor nos había que le avisáramos cuando las contracciones fueran frecuentes. Decía que quedaba poco para que empezaran: primero cada 20 minutos, después cada 15, cada 10 y cada 5.

Mientras esperábamos nos pusimos a recordar las primeras contracciones que tuve.

-¿La recuerdas? Me reí mucho, una vez se me pasó el dolor claro.

-¡Me asusté! Suerte tienes que no llamé a una ambulancia.

-Estuviste a punto-reí.

-No te burles, me preocupé por ti-se hizo el indignado.

-Ya lo sé cariño-le acaricié la mejilla-y te lo agradezco muchísimo-le besé.

-¿Recuerdas cómo fue?-sonrió.

-Claro que sí, llevabas las cajas con los regalos, a mí solo me dejaste llevar la bolsa con la ropita…

-…de repente soltaste la bolsa y te quejaste de un dolor muy intenso…

-…tiraste las cajas al suelo y te acercaste corriendo para ver que me pasaba…

-…tú me asegurabas que estabas bien, pero no te creí…

-…ya tenías el móvil en la mano cuando se me pasó.

-Menos mal que lo de la caja no se rompió-rió.

-De ser así ahora mismo estarías muerto-reí.

Mis risas fueron interrumpidas por la primera contracción. Grité de dolor.

-¡Cariño, cariño! ¿¡Estás bien!? ¿¡Qué te pasa!?

-¡Por dios Taylor! ¡Es una contracción!

-Oh, claro-se relajó.

El dolor se me fue pasando. Mis padres llegaron al segundo.

-Hola cariño, ¿qué tal estás?

-Estoy bien mamá.

-¿Seguro?

-Sí, papá.

Conversamos un rato y a los 5 minutos llegó la siguiente contracción.

-¿¡Noemí estás bien!?

-¡Es una contracción papá!-exclamé.

Amor verdadero. (Taylor Lautner)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora