Amor verdadero. (Taylor Lautner)

Capítulo 129: Taylor Swift II.

-¿Te lo pasaste bien en la fiesta?-le pregunté al día siguiente.

Taylor estaba tan concentrado en una conversación de móvil mediante mensajes que ni me oyó.

-Taylor-le llamé.

Nada.

-Taylor, mi vida-volví a intentar.

Nada.

-Lo que quieras-susurré mientras me iba.

Hoy habíamos desayunado por separado, los niños conmigo como siempre y Taylor una hora y media después, ya que por la fiesta se fue a dormir tarde. Pero rematar cuando acabó de desayunar y tras ducharse y vestirse, vino a la sala donde estaba yo, se sentó a mi lado y se puso a chatear con una amiga, supongo que a “Alison” y no me hizo caso alguno.

Como con Taylor no podía hablar y sus risas con según que mensajes no me dejaba escuchar la televisión, la apagué y me fui.

Al mediodía sí que comimos todos juntos.

-¿Nadie me va a preguntar si me lo pasé bien en la fiesta?-preguntó Taylor sonriente.

-Alexander rió-Papá, ¿te lo pasaste bien en la fiesta?

Sin escuchar respuesta me levanté y me fui.

Recuerdo que Taylor no quería ir a aquella fiesta de hace dos noches, que yo insistí, si llego a saber que ahí está Taylor Swift y que esto pasaría, no insisto tanto.

Aprovechando que mi familia acababa de comer, yo me fui al comedor a ver la televisión que antes Taylor me había interrumpido. Disfruté del momento y no pensé en lo sucedido hasta que vi a Taylor venir, pensé que venía porque  estaba preocupado, que tontería.

-¿Sabes dónde he dejado el móvil?

“¿Sabes dónde he dejado el móvil ¿¡Sabes dónde he dejado el móvil!, esto va de mal en peor, ya ni se preocupa.”

…

Al día siguiente sí desayunamos todos juntos, sí pasamos la mañana juntos y de lo único que hablábamos  fue del tema del perro, como siempre Taylor quería darle el capricho a la niña, pero yo no se lo iba a permitir.

Al mediodía y ya dejando el tema con un “Ya lo hablaremos tu madre y yo luego.” Comimos y por la tarde fuimos a pasear.

Parecía que hoy la cosa mejoraba, estaba más atento a los niños que a mí, pero eso me bastaba, me alegraba.

-¿Qué hora es?-me preguntó.

-Las 19:30, ¿por?

-He quedado a las 21:00 para ir a la discoteca con unos amigos-contestó.

-Gracias por el aviso-reproché.

-Se me pasó, lo siento-me besó la mejilla.

-Ya-me crucé de brazos-¿cuándo llegarás más o menos?

-No lo sé.

-Bueno contrólate con el alcohol que ya sabes lo que pasa luego.

-No te preocupes mamá.

-Lo digo enserio Taylor Daniel.

-Y yo también, no debes preocuparte.

-Está bien.