Capítulo 119: Segunda luna de miel.

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A las 4:30 am sonó el despertador. Lo apagué.

-Taylor, debemos levantarnos.

-¿Qué hora es?-preguntó adormilado.

-Las 4:30.

-Despiértame en 15 minutos-pidió.

-Eres un perezoso amor-reí.

Fui al baño y me duché, me puse un poco de maquillaje y después volví al cuarto.

-Pasaron los 15 minutos amor-le besé.

-Ya voy-se desperezó

Fui al vestidor y me puse el conjunto que había dejado el día anterior sobre la silla.

Una vez lista fui al baño para peinarme mientras Taylor se vestía en el vestidor.

A las 5:00 am cuando ambos estábamos listos pusimos las maletas en el coche y nos dirigimos al aeropuerto. Llegamos a las 5:20 am, pasamos todos los controles, dejamos las maletas en su sitio, nos metimos en el avión y nos colocamos en nuestros asientos. Taylor se sentó en el asiento junto a la ventana abrazándome por la cintura mientras yo me senté al otro lado apoyando mi cabeza sobre su hombro.

-¿Estás cansadita amor?

-Un poco-contesté.

-Duerme un poco, igualmente el vuelo dura 12 horas.

-Está bien, te amo.

-Y yo a ti.

Y con eso me quedé dormida.

Pasada una hora desperté. Yo seguía de la misma manera, pero Taylor se había quedado dormido con la cabeza apoyada sobre la mía. Con cuidado aparté mi cabeza, al principio pensé que Taylor se despertaba, pero enseguida se apoyó en su asiento y de nuevo se durmió profundamente. Cogí el bolso y saqué el libro que llevaba. Leí durante una hora, hasta que Taylor despertó.

-Buenos días amor-me besó.

-Buenos días-sonreí.

-¿Llevas mucho despierta?-preguntó.

-Una horita, más o menos.

-No me has despertado.

-¿Por qué iba a hacerlo?

-Disculpen-nos interrumpió una azafata-¿desean que les traiga el desayuno?

-Sí, por favor-contestó Taylor.

Al poco tiempo ya estábamos desayunando.

Acabamos de desayunar y la azafata se llevó las bandejas ya vacías.

-¿Qué hora es?-le pregunté.

-Las 8:30-contestó-todavía queda un rato.

-Con lo poco que me gusta el avión.

-Llevas años viajando, ¿no estás acostumbrada?

-Sí, pero sigue sin gustarme.

-Eres única-rió.

-¿No fue eso lo que te gustó de mí?

-Eso y que eres preciosa, inteligente, me gustaste por tu forma de ser y porque te fijaste en mí en verde en mi fama-sonrió.

-Y todo sigue igual-le besé.

-Te toca-le tocó la nariz-¿Qué te gustó de mí?

-Que eres guapísimo, inteligente, amable, honesto, divertido… Eres diferente, no eres como los demás.

-Y todo sigue igual-dijo enseñándome esa preciosa sonrisa que tiene. Después nos besamos.

-Y por eso te quiero tanto o más que el primer día-le dije mirándole directamente a los ojos.

-Yo te quiero más-nuestras frentes se juntaron.

-Muchísimo más-nos besamos.

Nos quedamos abrazados sin decir nada más.

Pasado un rato mantuvimos una agradable conversación. Comimos y después hicimos un poco de siesta, desde el minuto uno queríamos disfrutar al 100% de la estancia en la Polynesia Francesa.

Al despertar vi a Taylor con el móvil.

-¿Cuánto llevas despierto?

-Diez minutos nada más.

-¿Qué miras?

-Comprobaba la web, por si alguien descubrió lo del viaje.

-¿Y lo saben?

-Afortunadamente no, podremos disfrutar de nuestras vacaciones.

-Eso será estupendo-sonreí-¿qué haremos al llegar?

-Dejar las maletas en la habitación-rió.

-Mi tontito-reí.

-Hacía mucho que no me llamabas así-sonrió.

-Pues debería decírtelo más veces-sonreí.

-Mi pequeña-susurró.

-Echaba de menos que me llamaras así.

-Yo también debería decírtelo más veces-sonrió.

-Cuando estamos con los niños muchas veces olvidamos cosas como estás-dije.

-Cuando vivíamos juntos durante el verano o incluso cuando te quedaste embarazada de Amanda estuvimos juntos todo el tiempo, todo era distinto.

-Ellos son muy importantes en nuestras vidas y por eso daríamos nuestra vida por ellos…-comencé.

-…pero a veces nos olvidamos de nosotros-continuó.

-Pero este mes lo vamos a disfrutar al máximos tú, yo y nadie más-le acaricié la mejilla.

-Y nada ni nadie nos fastidiará el viaje-sujetó la mano que había sobre su mejilla y la mantuvo ahí.

**Narra Niall**

 Ahora mismo esos dos debían estar en el avión de camino a la Polynesia Francesa, eran las 15:00 pm así que llegarían en tres horas.

-Esos dos me dan envidia, se van a tirar un mes solos en un lugar maravilloso-comentó Irene.

-¿Acaso no fue así nuestra luna de miel amor?-le dije-Ellos no pudieron disfrutarla por la pequeña Amanda, ahora que pueden estoy seguro de que lo disfrutarán al máximo.

 -Eso es verdad. Y por lo que se ve han criado bien a los niños, se están portando genial.

-Dales tiempo, recuerda lo que dicen, la confianza da asco-reí.

-Ojalá estemos en la excepción, estamos cuidando a tres niños.

-Todo irá bien.

Alexander jugaba con Adrián y Amanda jugaba con un juego que se había traído.

**Narra Taylor**

De camino al paraíso, iba a disfrutar al máximo.

Amor verdadero. (Taylor Lautner)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora