Amor verdadero. (Taylor Lautner)

Capítulo 131: Gracias.

**Narra Noemí**

 

No me podía creer lo que acababa de oír. Salí de casa y fui directa al coche, quería alejarme lo antes posible de esa casa llena de recuerdos que por lo visto ya no valían nada.

**LLAMADA TELEFÓNICA**

-¿Si?

-Hola, soy Noemí.

-¡Noemí! Cuanto tiempo sin verte, ¿qué tal estás?

-Regular, ¿puedo quedarme en tu casa unos días?

-Claro, pero ¿qué pasa?

-Te lo cuento cuando llegué, gracias.

-No es nada, hasta ahora.

-Hasta ahora.

**FIN LLAMADA TELEFÓNICA**

Ahora que ya tenía destino me dirigí a él.

La casa no estaba precisamente cerca, conduje durante una hora, pero finalmente llegué.

 Bajé del coche, cogí mi bolso, cerré el coche y me dirigí a la entrada.

¡Ding, dong!

Una chica abrió.

-Buenas tardes, usted debe ser Noemí Lautner.

-Buenas tardes-sonreí-así es.

-Pase, el señor le está esperando.

Seguí a esta chica hasta el salón, dónde mi anfitrión y buen amigo me esperaba.

-Hola Robert-le abracé.

-Hola Noemí-continuó el abrazo.

Nos separamos y nos sentamos en el sofá, Robert apagó la televisión.

-¿Qué ha pasado?

-He discutido con Taylor-resumí.

-¿Con Taylor? ¿Por qué?

-Últimamente está siempre con Taylor Swift.

-Sí, lo he leído en la web.

-¿Ha salido?-suspiré-Bueno, la cuestión es que desde hace una semana Taylor pasa de mí y casi no estamos juntos, aunque no sé si es mejor porque cuando hablamos solo discutimos. El otro día volvió borracho a casa y Amanda lo vio.

-Taylor no es así-opinó.

-Desde luego no es el Taylor con el que me casé, pero si con el que convivo desde que se reencontró con Taylor Alison Swift.

-Pero llevabais una semana así, ¿qué ha pasado hoy?

-Exploté-sonreí sarcástica-hemos discutido una vez más y me ha dicho que solo está conmigo porque vivimos juntos, así que le he quitado el compromiso.

-No creo que Taylor dijera eso.

-Lo dijo y no me gustó nada.

-Él te ama.

-Ya no lo demuestra.

-¿Y los niños?
-Están con los abuelos, ellos también se dieron cuenta de lo que pasaba.

Durante la conversación había aguantado las ganas de llorar que me invadían, lo había conseguido, pero…

-¿Y cómo te sientes?