Amor verdadero. (Taylor Lautner)

Capítulo 107: No sé lo que estoy haciendo (II).

Una semana y seguí sin tener noticias suyas. Solo tenía noticias de lo feliz que era su noviazgo con Lucas. Dejé a los niños con Deborah y Dann, quería estar solo.

Recuerdo un día que salí de casa y centenares de paparazzis empezaron a hacer miles de preguntas sobre el tema. Ya irritado contesté sin pensar.

-¿¡Queréis saber lo que pienso!? ¡Pienso que Noemí solo me quería para lograr ser actriz! Fingió muy bien todos estos años-reí irónico-no me puedo creer que me lo creyera. Pero ya tiene lo que quería, ¿no? Que viva feliz y me deje en paz es todo lo que pido, pero por favor que no se olvide de sus hijos. Fueron frutos de un amor que para mí fue auténtico, para ella no lo sé.

 

**Narra Noemí**

 

-Quiero volver a casa, echo de menos a mis hijos-lloré-no debí aceptar esto-me lamenté.

-Pero lo aceptaste, ahora deja de llorar debemos parecer felices.

-Nadie sería feliz a tu lado-escupí-no entiendo porque dice todo esto en la entrevista, si él sabe que es mentira.

-Debe fingir que no sabe nada, ¿recuerdas?

-Por mucho que fingiera jamás diría eso y ¿dónde están mis hijos? Hace mucho que no los veo con su padre.

-Están Deborah y Dann-le miré extrañada-me lo contaron ayer.

-Entonces a ellos puedo llamarlos-cogí el móvil.

-¡No!-me lo tiró.

-¿¡Pero qué haces!?

-No debes llamarlos.

-¡Y por eso lo tiras! Además en una situación normal les llamaría.

-Pero en esta no, porque…porque…-le llamaron-debo cogerlo.

-Sí, ya-cogí mi bolso y recogí el móvil-ya nos veremos Lucas.

Me fui de ahí y me dirigí a casa, de camino me compré un móvil y con él llamé a Deborah.

**LLAMADA TELEFÓNICA**

-¿Si?

-Hola Deborah, soy Noemí.

-¿¡Noemí!? ¿Qué Noemí? ¿La que abandonó a mi hijo y a mis nietos hace una semana y media?

-¿¡Qué!? ¿De qué hablas Deborah?

-No te hagas la tonta.

-No me hago la tonta, no sé de qué hablas.

-¿No fuiste tú la que hace una semana se fue sin avisar y sin nada?

-No, yo fui la que se fue hace una semana dejando una nota explicando el por qué.

-Ya claro, ¿y cómo es que mi hijo no obtuvo nada?

-No lo sé, lo dejé sobre su almohada.

-¿Una carta?

-Sí, en ella le explicaba que todo esto es mentira para promocionar la película.

-¿Entonces nada es real?

-¡No! Jamás dejaría a Taylor, lo amo más que nada. Y jamás abandonaría a mis hijos

-¿Y por qué no contestas a sus llamadas?

-Porque no me lo permiten.

-¿Y por qué llamas ahora?

-Porque ya no puedo más, necesito oír la voz de mis hijos y la de mi marido, necesito verlos, tocarlos, necesito que sepan que les quiero. Por eso he comprado un móvil y he aprovechado que estaba sola para llamar.

-¿Todo lo que cuentas es verdad?

-Sí, por favor Deborah dime que me crees.

-Noemí, te conozco lo suficiente como para saber  que debo creerte.

-¡Muchas gracias! ¿Me puedes hacer un favor? Dile que me llame a este número, esta vez lo cogeré.

-Claro que sí, gracias.

-¿Gracia por qué?

-Porque mi hijo no es el que era desde que te fuiste, ahora gracias a ti volverá a ser quien era.

-Yo me metí en esto y yo lo solucionaré. Además  no debes darme las gracias, sabes que amo a tu hijo.

-Gracias por estar en nuestras vidas, ahora mismo voy a llamar a Taylor. Adiós.

-Adiós Deborah, vendré en cuanto pueda.

**FIN LLAMADA TELEFÓNICA**

Llamé corriendo a Lucas para pedirle que dónde estaba. Me dijo que todavía estaba en el bar donde le dejé y ahí me dirigí.

-Hola guapa, ¿has cambiado de opinión?

-Sí-sonreí.

-Estupendo, entonces dejarás a Taylor por mí.

-No, he cambiado de opinión, pero no sobre ese tema.

-¿Entonces con cuál?

-Ya no voy a seguir con esta mentira.

-¿Pero por qué dices eso?

-¿¡Qué por qué digo eso!? ¡Porque me mentiste! ¡Taylor no recibió la carta que le dejé, él realmente piensa que le he dejado!

-¿De qué hablas?

-¿¡De qué hablo!? Lucas, no quiero volver a verte en mi puta vida, ¿¡me oyes!? ¡En mi puta vida!-y dicho esto me fui sin mirar atrás.

Mi móvil nuevo sonó.

**LLAMADA TELEFÓNICA**

-¿Si?

-Noemí, soy Deborah.

-¡Deborah! ¿Por qué llamas tú y no Taylor?

-No me cree y no quiere saber nada de ti.

Esas fueron palabras que se clavaron como un puñal envenenado en mi corazón.

-¿¡Qué!? No, esto no puede acabar así-empecé a llorar-él también me hizo esto y yo le perdoné.

-Seis meses después.

-No voy a dejar que nuestro matrimonio se destruya por esto. ¿Sigue estando en casa?

-Algunos días.

-Si hace falta pasaré ahí meses hasta que lo vea. Por favor convéncele de que vaya a casa.

-Lo intentaré.

-Adiós Deborah, dile a mis niños que les echo muchísimo de menos y que iré a por ellos dentro de poco.

-Se lo diré, adiós.

**FIN LLAMADA TELEFÓNICA**

Cogí el coche y me fui directa a mi casa, a mi verdadera casa. La casa que no pisaba desde hacía una semana y dos días. La casa de la que jamás me volvería a marchar.