Amor verdadero. (Taylor Lautner)

Capítulo 126: Son Oliva.

-Tengo mucho sueño-me quejé.

-Le prometiste a los niños que iríamos a buscarlos al despertarnos y quedamos que iríamos al Son Oliva antes de comer, ¿recuerdas?

-Claro que sí, pero ayer como muy pronto nos dormimos a las 6:00 am y ahora son las 10:00, ¿sabes?

-Vamos perezosa, levántate.

-No-me tapé como una niña pequeña.

-¿No te vas a levantar?

-No.

-Muy bien, si actúas como una niña pequeña, te llevaré como a una niña pequeña.

-¿De qué hablas?-me quité la manta, claro esta se me había olvidado que iba en ropa interior.

-De esto-me cogió en brazos como si de nuestra noche de bodas se tratase.

Me reí.

-¿Todavía puedes conmigo?

-Claro, soy muy fuerte-sonrió.

-Oye-le di en el hombro-¿qué has querido decir con eso?-reí.

Taylor me llevó hasta la cocina en brazos, menos mal que esa casa era pequeña. Al llegar nos besamos y tras eso me dejó en el suelo.

-¿Ya te has despertado?

-Sí, ya sí-sonreí.

-Perfecto, pues ahora a desayunar y a vestirse para ir a buscar a los niños.

-Vamos allá.

Desayunamos algo rápido, nos duchamos claramente juntos y después nos vestimos y nos peinamos. Dejamos las maletas casi listas para la hora de partir y llamamos a algunos de nuestros amigos del Son Oliva. Una vez los tuvimos todo listo cogí mi bolso y bajamos al piso de abajo.

¡Ding, dong!

-¡Voy!-oímos-¿quién es?-preguntó más cerca.

-Noemí y Taylor-contestamos.

Mi padre abrió la puerta.

-Hola chicos, ¿qué tal la celebración?

-Fue fantástica, papá-sonreí-no existe aniversario mejor.

-Me alegro-sonrió-pero pasad, no os quedéis ahí.

Entramos y fuimos directos al salón, dónde nos sentamos en el sofá.

-Los niños están acabando de colocar sus cosas, ahora vendrán-informó mi padre.

-¿Qué tal se han portado?-preguntó Taylor.

-Tan bien como siempre-sonrió-aunque tal vez se estén acostumbrando demasiado al servicio, ¿no creéis?

-No creo que…-empezó Taylor.

-Yo también me he dado cuenta-le interrumpí-en cuanto volvamos a casa me encargaré de ello.

Mi padre asintió.

-Hola mami, hola papi-Alexander se acercó a mí.

-¡Mi niño!-le cogí y lo senté en mi regazo-¿qué tal ha ido?

-Muy bien mami-apoyó su cabeza en mi hombro.

-Hola mami, hola papi-llegó Amanda.