Amor verdadero. (Taylor Lautner)

Capítulo 31: Sabía que pasaría. // Fin de año.

Al día siguiente nos quedamos en casa, cada uno haciendo diferentes cosas.

-¡Pequeña!-me llamó-ven, quiero enseñarte algo.

Fui hasta la sala en la cual mi tontito se encontraba.

-¿Qué quieres enseñarme?-pregunté al llegar.

Me apoyé sobre la silla y miré la pantalla del ordenador.

-Mira-señaló la pantalla.

-¡No puede ser!

En el ordenador salía una foto mía, se veía perfectamente mi rostro y bajo la foto salía el titular “Aquí está el rostro de la nueva novia de Taylor Lautner, Noemí.”

-Adiós privacidad-susurré.

-Sabías que pasaría 

-Sí y decidí que valía la pena con tal de estar contigo.

-Te amo.

-Y yo a ti cariño-me agaché para besarlo-por cierto, ¿qué te preguntó mi padre? Al final no me lo contaste.

-No fue nada más que una charla paternal y sobreprotectora para saber si era el adecuado para su hija, nada del otro mundo.

-Te lo has tomado demasiado bien-reí.

-Mejor, ¿no?

-Claro, no pienso quejarme.

31 de diciembre del 2018, eran las 23:30 pm.

Taylor y yo, junto a muchos de nuestros amigos estábamos en una sala de discoteca reservada celebrando el fin de año.

Bailábamos, conversábamos, reíamos y bebíamos sin límites. No lo pasábamos en grande.

23:59 pm, que estuviéramos en una discoteca no quiere decir que no nos comiéramos las uvas y brindáramos al final.

-¡Un brindis!-dijo Taylor.

-¡Para que este año nuevo nos traiga sorpresas que hagan nuestras vidas tan o más maravillosas de lo que lo son ya!-grité.

-¡Por ello!-corearon todos.

Tras el brindis cada uno siguió a lo suyo.

1 de enero del 2019, eran las 3:30 am.

Todos habíamos abandonado la discoteca y habían vuelto a casa. Jerry había venido a buscarnos, pues estábamos un pelín borrachos y conducir no era la mejor opción para ninguno de los dos.

Jerry nos dejó en la puerta y se marchó, me sabía mal haberlo despertado a estas horas.

Nos metimos en el ascensor, Taylor me besó con pasión y yo le correspondí gustosa. Nuestras lenguas bailaban al son de la pasión y poco a poco Taylor fue bajando hacia mi cuello. Estábamos demasiado excitados como para parar ahora, cuando el ascenso llegó enrollé mis piernas en su cintura y continuamos besándonos. Mientras Taylor abría la puerta yo le besaba por el cuello. Al entrar me bajé y él me estampó contra la puerta mientras nosotros nos excitábamos cada vez más. Sin separar en ningún segundo nuestros labios y dejando un caminito de ropa nos fuimos hasta la habitación. Una vez ahí me tiró sobre la cama y él se colocó encima de mí, así pasamos una de las mejores noches.

1 de enero del 2019, eran las 13:00 pm.

Esa “mañana” desperté y vi que Taylor me miraba.

-¿Cuánto llevas así?-nos besamos.

-Media hora creo, eres tan mona cuando duermes.

Sonreí.

-Como tú.

-¿Nos duchamos juntos?

-Lo estoy deseando.

Pasamos la ducha entre besos, bromas y planeando el 6 de enero. Íbamos a celebrarlo con sus padres, en EEUU. No celebraban el día de reyes, pero nosotros iríamos para pasar un día con la familia.

Cuando la ducha acabó nos vestimos y pasamos la tarde casi todo el día en casa y digo casi porque también fuimos a dar una vuelta.