Wʜᴇʀᴇ Wᴇ Aʀᴇ Tᴏᴜʀ || Z.M

Capítulo 5.

{CAROLINA'S POV}

El recuerdo me mata.

Todas quedamos inmóviles por nuestro intento fallido de hablarles a los chicos.

Fuimos realmente estúpidas pensándolo bien, ¡Tuvimos a Niall, Harry y Liam a menos de diez metros de nosotras! ¿Y qué es lo que hacemos? Síp, congelarnos.

Gracias sistema nervioso, actúas de la peor manera en las mejores situaciones. 

Andrea tiró de su cabello mirando al techo, Yessi tiró una cuántas puteadas que me son imposible reproducir, Bianca caminó en círculos por un buen rato, y yo, bueno, me quedé mirando el mismo pasillo por el cual ellos habían entrado, con la esperanza de que se devolvieran a ver… ¡Cualquier maldita cosa!

Pero no, no ocurrió.

Volví a la realidad.

—Tengo unas ganas tremendas de pegarle a alguien —Dije de pronto, aún íbamos enlazadas por nuestros brazos.

—Ve a pegarle a Karim, está a pocos metros de ti —Sugirió Andrea, era una buena idea. Iba a ir hacia ella, pero la mano de Bianca me detuvo.

—No seas tonta, no vale la pena —Suspiró.

—¡Se sacó una foto con mí debilidad! ¡Claro que vale la pena! —Grité como loca, la nota mental que me había hecho hace un rato no había funcionado.

—Da igual, es una foto… cuando tú te cases con Zayn será para toda la vida —Dijo Yessenia, rodando sus ojos. Eso me hizo reír.

—Buen intento… —Dije negando con la cabeza.

—¿Qué tal si ya nos vamos al estadio? Es una estupidez quedarse aquí, ya no hay nada que ver —Dijo Andrea, y como siempre, tuvo razón.

Es inteligente, mierda.

—Por favor, ¡Tenemos que llegar antes que Karim! —Dijo Bianca.

Comenzó a correr hacia la salida, haciendo que sus tacos resonaran en el piso.

Andrea imitó su acto y la siguió, haciendo que los suyos golpearan un poco más despacio.

Con Yessenia nos miramos, nos encogimos de hombros y las seguimos.

{LUCÍA’S POV}

Íbamos camino al aeropuerto para ver a One Direction.

Yay.

Creo que mi opinión de ellos sería muy diferente si Karim no fuera mi hermana y no estuviera todo el sagrado día hablándome de ellos.

La odiaba, odiaba a mi propia hermana.

No sé por qué rayos tenía que ser de mi misma sangre, éramos tan diferentes que cualquiera podría apostar a que ni siquiera éramos parientes.

Pero no, éramos mellizas, mucho peor.

  

—¡Vamos Lu, debes apurarte si quieres ver a los chicos! —Me gritó, dándome una poderosa orden.

—No me voy a apurar, menos si tú me estás mandando —Me crucé de brazos y comencé a caminar más lento aún.

—Si no te apuras, le diré a papá que te he visto fumando fuera del colegio —Levantó una ceja y sí, fue mi perdición. Maldita, ¿Por qué no pude haber sido un poco más cuidadosa?