Wʜᴇʀᴇ Wᴇ Aʀᴇ Tᴏᴜʀ || Z.M

Capítulo 46.

{CAROLINA’S  POV}

—Carolina de verdad lo siento, yo… —Dijo pasándose la mano por el cabello—. Lamento mucho lo que hice, pero no tenía otra opción…

—¿Y qué es lo que quieres justo ahora, Zayn? —Pregunté mordiéndome mi labio, intentando no llorar.

—Quiero una segunda y última oportunidad, quiero vivir a tu lado toda mi vida y… ser feliz contigo, sé que podemos lograrlo si decides convertirte en mi esposa —Se arrodilló frente a mí, sacó una pequeña caja de su bolsillo de la chaqueta y me miró con sus perfectos ojos mieles.

¡Que paren el mundo! ¿Qué podía hacer? Tenía que decirle que sí. ¿Cómo es que Zayn Malik abandonó a la fea de Perrie para al fin darse cuenta de que tiene que casarse conmigo? Es tan… impensable que parece un… oh, mierda, sí.

Estoy soñando.

¿Por qué lo sé?

Por la manera tan peculiar que tiene mi papá para despertarme.

Él tiene una pequeña pluma en su habitación, la cual usa para hacerme cosquillas y hacer que abra los ojos. Él lo hace desde que tengo memoria, ¡Y odio eso! Lo sabe, sé que lo hace para molestarme.

Despegué los ojos poco a poco, y cuando logré divisar su silueta al frente mío, sonreí por cortesía, porque la verdad era que quería propinarle un golpe, aunque claro… es mi padre y no puedo hacerlo.

—Vamos, despierta —Pidió Él, moviéndome lentamente.

—Papá, odio que hagas eso, ¡Me levanto, me levanto! —Me destapé rápidamente y me levanté de la cama, tratando de evadirlo, pero Él me atrapó en sus brazos.

—¡Y pensar que te tuve en mis brazos cuando eras una linda bebé que no sabía hablar! —Admitió, con algo de ¿Nostalgia? Woah—. ¿Por qué no te quedaste pequeña? Así, sin hablar ni rezongar…

—Papá, cállate —Dije riendo y negando al mismo tiempo. Él me dio un beso en la cabeza y me dejó ir.

Lo siguiente que hice fue meterme rápidamente al baño y me puse a pensar en todo. Desde, por qué estaba soñando con Zayn Malik, hasta darme cuenta de que no hice mis maletas.

Mierda, me van a retar.

Rápidamente me lavé el cabello con champú y acondicionador y me enjaboné completamente, me sequé con una toalla rosada que había por ahí y me encaminé hacia mi habitación.

Para esta ocasión decidí vestirme completamente simple, total, ¿A quién tenía que impresionar? Al viaje sólo íbamos Karim, la profesora Prado y el profesor Barría, nadie importante.

Me coloqué unos jeans apretados de color negro, las infaltables converse y una simple camiseta básica de color violeta.

—Debería recibir un premio por ser la mejor mamá del mundo —Dijo mamá, al mismo tiempo en que bajé hacia la sala de estar. Yo la miré alzando las cejas y ella señaló mis maletas hechas.

—¡Mamáaaaaaa!  —Grité alargando la «A», y luego le di un gran abrazo—. Te lo agradezco, pensé que la había jodido.