Wʜᴇʀᴇ Wᴇ Aʀᴇ Tᴏᴜʀ || Z.M

Capítulo 56.

{KARIM’S POV}

Que perra, Carolina es una completa perra de mierda.

¿Trajo a Zayn Malik, integrante de One Direction, a nuestro cuarto? Ella sí que es una persona con suerte, de verdad, alguien debería decirle algo… llamarle la atención y todo el asunto.

De verdad me gusta el hecho de poder llevarme bien con Carolina.

Si soy sincera, creí que este viaje sería una mierda a su lado, que pelearíamos por las cosas más estúpidas que puedan haber, que no podríamos intercambiar palabras más que «perra», «puta», «zorra» y sus derivados, pero lo logramos, y estoy realmente bien con eso.

Puede que David sea quien haya hecho que las cosas entre las dos mejoraran, porque desde que le prometí a mi novio que jamás la volvería a insultar, todo ha resultado gratificante.

Noté que la profesora Prado aún estaba en el marco de la puerta de entrada, parada, sin sentido. ¿Acaso estaba como estatua desde que Zayn Malik entró por ahí? Porque si así fuera… no sé, me daría pena.

—Profesora… —La llamé, pero ella no me ponía atención. Me acerqué y le toqué el hombro, pero nada. Me puse frente a ella y pasé mis manos por su cara—. ¡Profesora Prado!

—¿Ah? Qué, qué, qué —Preguntó rápidamente, acomodándose sus lentes de abuela. Es una tonta, ni siquiera es tan vieja—. ¿A quién rayos dejé entrar?

—¿Está usted bien? —Pregunté frunciendo el ceño. Ella asintió y me miró expectante—. A Carolina con el chico de One Direction.

—¿El que canta… Nananana One thing…? —Tarareó, y yo luché contra las ganas de reírme en su cara, así que sólo asentí—. ¿Y ahora están en la habitación los dos?

—Sí, pero… —Rasqué mi cabello, dejé todas las cosas que saqué de la habitación en el suelo y tomé las manos de la profesora Prado—. Ellos están atravesando una situación muy complicada y ehm… necesitan tiempo para solucionar sus problemas —Mordí mis labios para no reírme.

—¿Esos problemas se denominan… «sexo», por casualidad? —Preguntó ella y yo asentí levemente.

—Pero Profesora Prado, ¿Qué no daría usted por tener relaciones con su ídolo? —Abrí grande mis ojos, no podía creer que estaba defendiendo a Carolina.

—¡Pero yo no puedo permitir eso! —Me gritó, soltando un poco de saliva en mi mejilla. Me limpié con asco y le sonreí.

—¿Qué le parece si me acompaña a recorrer el centro de Lancaster y me ayuda a elegir ropa para mi bebé? —Pregunté sonriendo, tomé mi teléfono celular, lo guardé en mi bolsillo trasero y saqué a la shockeada profesora Prado hacia afuera.

—¿Estás embarazada? —Yo asentí alegremente, cerré la puerta del cuarto de hotel, dejando a Carolina con la mayor privacidad posible—. ¿Y quién es el padre?

—El hermano de Carolina —Solté y ella jadeó inconscientemente.

—Entonces la calentura es de familia… —Dijo y ambas comenzamos a reír fuertemente.

Puede que sea una buena salida después de todo.