Capítulo 53.

6.5K 377 41
                                    

{CAROLINA’S POV}

Cerca de la una de madrugada en punto caí rendida sobre mi almohada.

Para mi gusto, fue algo temprano, porque yo quería seguir fangirleando con Clary acerca de One Direction, pero las amargadas de Waliyha y ehm… Perrie, comenzaron a reclamar que nos reíamos demasiado fuerte y no dejábamos dormir.

Para no armar otra pelea decidí decirle que fuera a su cama, y que otro día podríamos seguir con nuestros sentimientos de directioners.

En medio de la noche —tipo tres o algo así— un fuerte retorcijón en mi estómago me hizo abrir los ojos  de golpe. ¿Qué me estaba ocurriendo? ¿Fue algo que comí? ¿Algo que tomé? ¿Estoy esperando un bebé? Bueno, eso último no.

Esperé unos segundos para ver si el dolor se iba, pero nuevamente me golpeó fuerte. Sin pensarlo una vez más me levanté de mi sofá-cama y salí de la habitación con dirección a la planta baja.

A medida que pasaba por fuera de las habitaciones de todos, podía escuchar las diferentes maneras en que todos roncaban, y eso era algo… gracioso.

Cuando estuve frente a la escalera, agarré el pasamano para evitar un accidente doméstico y bajé lo más rápido que pude —por si a Perrie se le ocurría levantarse y empujarme escaleras abajo—.

Al llegar al primer piso, noté que alguien más estaba teniendo insomnio, porque la gran televisión de la sala de estar estaba encendida, alumbrando todas partes; para mi suerte, también llegaba luz a la cocina.

Ya estando en mi destino, busqué en todas partes un maldito vaso, hasta que por fin encontré uno en lo alto de un mueble, después pensé en mis posibilidades; ¿Debería tomar agua o sólo sacar un poco de jugo o algo así? Me decidí por el jugo, ¿Qué importaba?

Abrí la nevera con decisión, llevándome una desagradable sorpresa: ¡Había una puta gallina con plumas y todo en medio del refrigerador, lista para ser parte del almuerzo de mañana!

Que asco, que asco, que asco.

Mi primera reacción —y contra mi pesar— fue gritar con todas mis fuerzas, pero para suavizar mi voz, coloqué ambas manos en mi boca, tirando el vaso al suelo, junto conmigo —sí, también me caí—, ¡Dios! Es que no podía creer lo que mis ojos veían, ¡Una maldita gallina en el refrigerador!

Quería llorar, de verdad que sí.

Mis sentidos se agudizaron más de lo normal, y lo siguiente que sentí fue ruido en la sala de estar, alguien se estaba levantando, luego caminó en mi dirección, y finalmente… ¡Din-din-din!

Era Zayn, quien tenía los ojos rojos y pequeños por estar despierto hasta tan tarde.

Malik miró toda la situación: Yo en el suelo con las manos en la boca, el cristal del vaso repartido por todas partes y el refrigerador abierto hasta el tope, alumbrando mi cara con la luz amarilla.

—¿Qué te pasó? —Preguntó algo intrigado y preocupado.

—Nada —Respondí como si nada, mirando aún dentro del refrigerador.

—Carolina, estás tirada en el suelo y gritaste como una «damisela en apuros» —Intentó bromear, pero yo me quedé en silencio, con el ceño levemente fruncido.

Wʜᴇʀᴇ Wᴇ Aʀᴇ Tᴏᴜʀ || Z.MDonde viven las historias. Descúbrelo ahora