Capítulo 37.

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{CAROLINA’S POV}

Todo lo bonito tiene que acabar, es la ley de la vida.

Recuerdo que luego de que Zayn me mostrara su oh-tan-hermoso-tatuaje, fuimos a tomar un helado a una zona no tan concurrida de la capital Irlandesa, y finalmente, me tuve que devolver sola hacia Chile, porque escuché que Paul le había dicho a los chicos que habían encontrado una arena provisoria donde al fin podrían tocar los conciertos que debían.

A duras penas Zayn aceptó venir a dejarme al aeropuerto, puesto que no quería que me devolviera, pero al final… sólo tuvo que hacerlo.

Es por eso que en estos me encuentro en el avión con destino a la capital de mi país.

Estaba aburrida, amurrada, enojada y frustrada con no poder hacer nada para quedarme con Él. De la nada, y sin tomarle el peso, comencé a recordar todos los sucesos que había vivido con Él; llegar a la ciudad de cuentos, ir hacia las cabañas en el bosque, tomar un chocolate caliente asqueroso, dormir abrazados, ver como nevó, tomar desayuno con Él, viajar en teleférico, aguantar sus celos, hacer el amor —Woah—, dormir nuevamente abrazados, acompañarlo a Irlanda a una entrevista, y finalmente, ver cómo se tatuó el cuerpo para siempre con MIS iniciales, no las de Perrie Edwards, ¡Las mías! Las de «la chica poca cosa», en tu cara, rubia.

—¿Necesita que le otorguemos algo, señorita? —Preguntó de pronto la amable azafata que parecía sobrepasar los cuarenta años—. Tenemos de esas revistas que tanto aman los adolescentes de tu edad.

—¿Seventeen? —Pregunté, y ella asintió animadamente—. Sería genial leer aquella revista.

Me la entregó luego de varios minutos más.

En la portada salía «¡Descubre cuál es el miembro favorito de One Direction de Selena Gómez!» Ah, maldita perra, si es Zayn juro que la mato. Y bueno, como lo supuse, era Él.

Decía que en una entrevista Él dijo que le gustaría besarla, y que ella también había optado por Él. Esto se volvió personal.

**

 

—¡Al fin llegaste! —Gritó mamá a los cuatro vientos cuando me vio caminando hacia ella con la maleta.

—Mamá, sólo me fui por tres días —Respondí, aguantándome el gran abrazo que me dio.

—¡Lo sé, pero pasó mucho tiempo! —Añadió, sin soltarme.

—Te recuerdo que tú demoraste mucho más allá en Miami —Solté y mamá frunció el ceño. Yo la abracé delicadamente y luego me tiré en los brazos de papá. Él me dio un beso en el cabello y me miró con ternura.

—¿Cómo lo pasaste allá, donde sea que hayas ido?

—¡Excelente! —Hablé realmente fuerte—. Ha sido el viaje más increíble de toda mi vida.

—¿Y qué me dices de cuando te llevé  por primera vez a la playa? —Contraatacó Él, cruzándose de brazos. Un poco celoso, debo decir.

Wʜᴇʀᴇ Wᴇ Aʀᴇ Tᴏᴜʀ || Z.MDonde viven las historias. Descúbrelo ahora