Wʜᴇʀᴇ Wᴇ Aʀᴇ Tᴏᴜʀ || Z.M

Capítulo 6.

{CAROLINA'S POV}

¿Era posible que estuviésemos encerradas por más de dos horas?

No, es algo inhumano.

¿A qué oficial, normalmente cuerdo, se le ocurre dejar a cuatro menores sin acceso a una llamada en medio del concierto de sus vidas?

La mayoría de las autoridades enfadadas, llamarían a nuestros padres para aclarar el asunto y junto con eso, sermonearnos.

¿Pero qué es lo que ocurre?

Nos dejan en medio de la nada, encerradas, sin vista hacia la civilización, sin agua —y eso que es algo vital— y sin ningún recurso para comunicarnos, porque claro, somos unas pobres adolescentes que tampoco tienen saldo en el celular como para llamar al rescate andino.

Todo mal.

Eran pasadas las ocho de la noche, y el concierto estaba en pleno desarrollo.

Podían verse los diferentes juegos de luces alumbrar el despacho de donde estábamos, escucharse los gritos infernales que daban todas las directioners que estaban pasándolo genial, el retorno del micrófono de Liam, Louis, Niall, Harry y Zayn.

¿Por qué siempre nos pasan estas cosas?

Suerte de latinas, claro está.

Esperamos tres putos años para que a One Direction se le cruzara por la mente venir aquí y no podemos verlos. Maldita sea, ¡Maldito papá de Karim!, ¡Maldita Karim!, ¡Maldita hermana de Karim! ¡Maldito todo aquél que tenga que ver con esa rubia oxigenada hija de su mamá!

Miré a las chicas; todas cabizbajas.

Andrea había soltado un par de lágrimas, Bianca me corría la mirada cada vez que yo la miraba y Yessi trataba de hacerse la fuerte, pero todas sabíamos que eso no resultaba, todas teníamos el mismo sentimiento de ira y melancolía.

—¡Díganme algo! —Dije de pronto—. Me hacen sentir terriblemente culpable.

—Es que lo eres en cierta forma… —Dijo Bí, pero luego negó con la cabeza—. No, perdón, no lo eres. La culpable es Karim.

—Bianca, no sacamos nada con alegar —Añadió Yessi, mirándonos a todas por varios segundos—. Hay que hacer algo, deprisa.

—La única salida que nos queda disponible es esa ventana —Dije yo como si nada.

Pasaron varios segundos y luego todas nos miramos sonriendo.

—¡Eso es! —Corearon las chicas y se levantaron del suelo. Las seguí y nos quedamos mirando fijo a aquél cristal.

—Bien, tengo una idea… —Dijo Andrea, mirándonos a todas—. ¿Quién es la más flaca?

—Bianca —Dije yo, segura.

—¿Luego? —Preguntó nuevamente.

—Luego estás tú, luego yo, y al último Carolina —Respondió Yessi, y todas rieron por la cara que yo había puesto.

—Gracias por llamarme gorda —Rodé los ojos y ellas rieron aún más fuerte—. ¿Cuál es el plan? —Pregunté a Andrea, ella mordió sus labios unos segundos y luego sonrió.