Wʜᴇʀᴇ Wᴇ Aʀᴇ Tᴏᴜʀ || Z.M

Capítulo 8.

{CAROLINA'S POV}

Lunes, el martirio comenzaba otra vez.

El hecho de haber conocido a cuatro de los chicos de One Direction, no me eximía de rendir mi vida tal y como era hasta hace dos días atrás.

Seguía cursando mi último año de secundaria, seguía teniendo que aprobar todas las materias, seguía siendo la compañera de clases de Karim Matthei, seguía teniendo que soportar a todos los profesores… bueno, mi vida era igual de rutinaria que antes, sólo cambiaba una cosa; ¡Estaba a la espera de recibir un llamado de Louis William Tomlinson! Esa era la razón por la cual me sentía viva.

Como nunca, mamá me despertó veinte minutos antes del horario típico, no sabía por qué.

Eran sólo las 6:40 de la mañana y sentía que tenía una cara de zombie, así como en The Walking Dead.

O quizás peor.

No sabía qué ocurría con la mamá de todos los días, pero hoy me había impresionado llevándome el desayuno a la cama, ¡Esto era bastante raro!

—Oye, ¿Qué está mal? —Pregunté, entrecerrando mis ojos mientras bebía de mi tazón con leche—. Es demasiado raro queme traigas comida a la habitación.

—Nada está mal, Carolina —Dijo ella, pero podía sentir que me estaba ocultando algo.

—Mamá, no soy tonta —Sonreí con autosuficiencia y ella esbozó una sonrisa—. Vamos, suéltalo.

—En el trabajo de tu padre se han puesto a regalar cosas para premiar a los trabajadores más esforzados y… —La interrumpí de pronto.

—¡NOS VAMOS A MUDAR A INGLATERRA! —Dije rápidamente. Había leído eso en varias novelas, podría ser que pasara en la vida real.

—¿Qué? No Carolina, qué cosas dices —Negó con la cabeza, riendo—. Nos han regalado dos pasajes para viajar a Miami, cinco días, cuatro noches.

—¡Eso es genial! —Sonreí ampliamente, y miré a mamá, quien estaba seria—. ¿Por qué no te alegras?

—No vamos a poder ir…

—¿Qué? ¿Y van a desaprovechar una oportunidad como esta? —Abrí grande mis ojos, sin poder creerlo—. ¿Qué es lo que te preocupa?

—No quiero dejarte sola aquí en, eso es lo que me preocupa —Mamá mordió su labio inferior, removiéndose incómoda. Yo fruncí el ceño y solté un gran suspiro.

—Mamá, tengo diecisiete. Sé cuidarme perfectamente sola, además, está David… —Me quedé en silencio un buen rato y luego reí—. Bien, ambas sabemos que es un holgazán, pero creo que será algo responsable si queda al mando. No quiero que desaproveches el viaje de tu vida por miedo a dejarme sola, ¡Es estúpido Má!

—Bien, si lo pones de esa manera… tendré que aceptar —Se encogió de hombros sonriendo dulcemente.

—Vaya, me costó que aceptaras —Bromeé, rodando los ojos.

Conversamos un rato más, me preguntó acerca de cómo había estado el concierto, y no tuve más remedio que contarle el transcurso de alguno de Take me home tour.

Si le decía que me habían aprehendido los policías, no iría a Miami.

  

Mamá me dejó sola en la habitación terminándome mi desayuno.